En relación a la decisión ¿Apoyar que la edad mínima de consentimiento sexual sea 16 años? esta es una experiencia de de Carmen Martínez González

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Esta es mi opinión personal

A cualquier edad puede haber abuso de poder o engaño en una relación sexual y eso es lo que la ley debe perseguir, sean las víctimas niños, adolescentes o adultos. Cualquier límite de edad desde el punto de vista legal es arbitrario, aunque tranquilizador.
Es importante entender que la ley no pretende marcar la edad óptima para las relaciones sexuales, ni establecer a qué edad se considera maduro un adolescente para consentir una relación sexual.
En países democráticos como España, existen leyes que protegen a los menores: el abuso físico o psíquico y, obviamente la violencia, son delitos. En este contexto proteccionista, poner un límite de edad para consentir relaciones sexuales con adultos no deja de tener un sesgo moral. Se puede convertir en delincuente al novio de 19 años que no gusta a la familia de la chica de 15 años y sin embargo frente a una relación de más riesgo, por mayor asimetría, como la de un adolescente pequeño de 11 y otro de 17 años, o entre un adolescente de 17 años y un adulto de 50 años, no se podría intervenir desde la ley.
Muy distinto es el contexto de los países que por inexistencia o ineficiencia de sus leyes no garanticen la protección de los niños. En estos, los límites legales claros y explícitos, pueden evitar grandes daños como el turismo sexual o la prostitución infantil.
La autonomía se enseña y se promueve, y el ejercicio de la libertad tiene riesgos. Desde los estudios de Kolberg sobre el desarrollo del juicio moral, se asume mayoritariamente que puede haber menores suficientemente maduros a partir de los 12 años, y por el contrario que existen pocos adultos que alcanzan la verdadera madurez.
En esta línea de reconocimiento progresivo de la autonomía del menor, la ley Básica 41/2002 de Autonomía del paciente (LBAP) asume que hay menores de edad desde el punto de vista legal (menores de 18 años) que pueden considerarse maduros para tomar determinadas decisiones sanitarias entre los 12 y los 16 años.
Por otra parte, los profesionales que tratamos adolescentes, nos veríamos obligados a posicionarnos: inhibirnos frente a la ley en contextos en los que de forma bastante normal y con relativa frecuencia (etnia gitana, adolescentes latinos) hay adolescentes jóvenes que inician relaciones sexuales con adolescentes mayores o adultos jóvenes, o “fiat justitia et pereat mundus (que se haga justicia aunque caiga el mundo): denunciar situaciones pertenecen al ámbito de la educación, la cultura y la familia.

Martínez González C. Adolescencia: problemas legales, compromisos éticos.SIAS -5. Edita Ministerio de Sanidad y consumo p.281-88. 2007. http://aeped.es/comite-bioetica/1-adolescencia-y-menor-maduro

Comentarios
Imagen de Juan Jose Martínez Jambrina
Lunes, 10 de Junio de 2013 a las 18:15

Estoy de acuerdo con Carmen. Debo matizar levemente mi intervención. Cuando digo que no es equiparable la edad de inicio para mantener relaciones sexuales a la edad apropiada para ejercer el derecho al voto quiero decir que son actos tan radicalmente diferentes como para requerir legislaciones distintas. Me preocupa mas que coincida la equiparación de la edad mínima para mantener relaciones sexuales consentidas con la edad penal. Parece como si la sexualidad siempre ha de llevar detrás el fantasma de una condena...muy en línea con nuestro pasado inquisitorial.

Imagen de Iñigo Damiani Moreno
Miércoles, 12 de Junio de 2013 a las 12:49

Estoy de acuerdo con Carmen hasta cierto punto. Creo que en una sociedad como la nuestra, con plenas libertades que son bienvenidas, hay situaciones de riesgo que deben vigilarse. Cierto que cualquier persona puede sufrir abuso o engaño en una relación sexual, pero más riesgo tiene quien aún está lejos de terminar su proceso de maduración, como es el caso de quien inicia la adolescencia.

Imagen de Juan Jose Martínez Jambrina
Jueves, 13 de Junio de 2013 a las 20:24

Sobre lo que comenta Iñigo Damiani diré que por la especial relevancia de las relaciones sexuales en la biografía del sujeto, los padres y educadores deben hacer hincapié en formar a los menores cuanto antes en este tema. De nada sirve alegar esa presunta inmadurez ante una pulsión tan urgente a determinada edad. Y de poco sirve, como muestra la historia, la ocultación o el retraso en la edad del primer contacto.

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