En relación a la decisión ¿Creer que el islam y la democracia son incompatibles? esta es una opinión de Sayyid Mujtaba Musavi lari

Esta es la opinión del experto

El Ayatullah afirma que mientras la democracia responde a la voluntad de la mayoría, el Islam da preferencia a la Voluntad del Señor de este mundo, por encima de ésta. A Él le cabe el control y el poder legislativo y judicial. Además el gobierno divino abarca todas las dimensiones de la vida humana.

El Ayatullah Sayyid Mujtaba Musavi Lari en su libro El Islam y la civilización occidental, al hablar sobre el Islam y la teoría política afirma:
 
«La moderna teoría política exalta el “bien común”. El gobierno democrático intenta poner en práctica la voluntad general, haciendo las leyes y llevando la política votada por la “Mayoría” (que requiere solo el 51%), anulando y callando la voluntad de la minoría, así, no es “libre” en absoluto, incluso en los casos que puede ser sensible y en las circunstancias correctas. Pero “el gobierno por voluntad del pueblo” nunca se despojará voluntariamente de la santidad y esplendor que le ha endosado “la voluntad general, dando prioridad a ese concepto sobre todos los demás valores espirituales”.
 
El Islam, por su parte, da preferencia a la Voluntad del Señor de este mundo, por encima de las incontroladas aspiraciones y sentimientos de la mayoría de las personas. El Islam rehúsa despojar a Dios del control y del poder legislativo y judicial. La concepción islámica de Dios y del Gobierno divino es suficientemente amplia para abarcar todo lo referente a la vida humana en cualquier parte del planeta. Esto hace al Islam guardián del hombre sin rival. Demanda obediencia total a sus normas al ser las dadas por Dios y, por tanto, ningún ser humano tiene derecho a permitir sus propios deseos ni dictar acción alguna en oposición a esas normas y reglas de vida.
 
¿Cómo puede proclamarse a Dios digno de total obediencia por gente que dirige sus vidas con preceptos que derivan de fuentes diferentes al mismo Dios? Ninguna persona reclama autoridad divina como socio de Dios, ni le sustituye con otro legislador. El fin del Islam es instaurar la verdad y la justicia en cada faceta de la sociedad humana; dado que la verdad no se especializa exclusivamente en asuntos sociales, políticos y financieros sino que viste la talla del hombre mismo con sus más hermosas vestimentas.
 
La figura humana está hecha temerosa y maravillosamente. Tales son las normas y reglas que gobiernan la vida humana. Nadie puede reivindicar un conocimiento completo de todos los misterios de la composición del hombre o de la complicada estructura social que genera. Esta estructura comprende las áreas especializadas del cuerpo y el espíritu de todos los individuos así como su interrelación con otros. Nadie puede afirmar ser inocente de pecados, de un olvido, un fallo o un error. Nadie conoce todos los elementos que conforman la felicidad y bienestar del hombre.
(…)
Sin penetrar en la condición del hombre no pueden elaborarse leyes aplicables al 100%, ni tampoco curar los problemas que provoca. Observar el aturdimiento de los legisladores, su constante alteración de sus propias normas ante los nuevos problemas e inesperados callejones sin salida. Consciente o inconscientemente, se introducen para distorsionar el punto de vista de los legisladores motivaciones de ventajas personales, interés propio, beneficio, ambición, poder, e incluso, preferencias ambientales».
 
Fuente: Mujtaba Musavi Lari, Sayyid. El Islam y la civilización occidental. República Islámica de Irán: Oficina de Promoción de la Cultura Islámica, 1990, p. 134-136.

×

Para poder participar debes ser usuario de Dontknow

Cargando...
×