La buena marcha de nuestra empresa es vital para mantener el puesto de trabajo. Contribuir a su estabilidad y crecimiento, proponiendo ideas que podamos desarrollar en el ejercicio de nuestras funciones, es una buena medida para mantener nuestro empleo y el de otros compañeros.
Pero supone tener valor para asumir riesgos ante los jefes y ante nuestros compañeros, de exponernos y tal vez equivocarnos.
Los expertos opinan que el mero cumplimiento de las obligaciones inherentes al puesto de trabajo puede no ser suficiente ya para garantizar su estabilidad.
Es recomendable, por tanto, que exista un compromiso de dedicación e implicación en la consecución de las expectativas de nuestro empleador.
Una actitud positiva en un entorno que nos permita tomar iniciativas para contribuir a su crecimiento, puede ser una buena medida para mantener nuestro puesto de trabajo.
Por otro lado, a la hora de tomar cualquier iniciativa debemos sopesar los riesgos que asumimos y las consecuencias que pueda tener para nuestro puesto de trabajo y para nuestro empleador.
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El temor a perder nuestro puesto de trabajo.
Temor a dañar nuestra imagen ante nuestros superiores
Los obstáculos que podamos encontrar en nuestro entorno o el conformismo con nuestro rendimiento nos pueden frenar a la hora de proponer iniciativas de mejora demostrando nuestro compromiso con la empresa.
Sopesar los riesgos que asumimos adoptando una actitud proactiva con los beneficios de asumir y demostrar un compromiso con el futuro de nuestro empleador, nos permite tomar la mejor decisión en este sentido. -
Los expertos han creado toda una doctrina del comprometerse (engagement) recalcando la importancia que tiene el nivel de implicación del empleado con la empresa para lograr el éxito de la misma, incrementando las posibilidades de mantener su puesto de trabajo.
Parte de ese compromiso se refleja en la propuesta y desarrollo de iniciativas que contribuyan al desarrollo de la empresa.
No obstante, hay que tener en cuenta que cada iniciativa entraña un riesgo y que deberemos sopesar las consecuencias que nuestras iniciativas puedan provocar en la estabilidad del puesto de trabajo. -
Analizar exhaustivamente la situación y expectativas de nuestra empresa.
Detectar carencias solucionables y áreas susceptibles de mejorar.
Estudiar las posibles reacciones del entorno a nuestras iniciativas.
Tener en cuenta las experiencias de otras personas que hayan optado por proponer iniciativas.
Decidir, finalmente, qué es lo más adecuado teniendo en cuenta las particularidades de cada situación.
6 opiniones argumentadas
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Rodrigo Del Campo - Ingeniero Comercial por la Uinversidad de Concepción
- alex carreras
- restauradors de materials diversos en obra i nautica , patologies ...
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Shripad Pendse
- Doctor en Economía
