En relación a la decisión ¿Aplicar la contabilidad de la innovación en una startup? esta es una opinión de Eric Ries

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Esta es la opinión del experto

Con la contabilidad de la innovación, una alternativa a la contabilidad tradicional diseñada especialmente para las startups, se miden las decisiones de priorización de producto, quiénes serán los consumidores objetivos, el coraje para someter la gran visión a la constante prueba y el feedback. 

“La contabilidad de la innovación funciona en tres etapas: primero, usar un producto mínimo viable para recopilar datos reales sobre en qué punto se encuentra la empresa en el momento actual. Sin una imagen clara de la situación actual, sin importar lo lejos que se está del objetivo, no se puede empezar a evaluar el progreso hacia el objetivo”, afirma Eric Ries, autor del libro El método Lean Startup.
 
“Segundo, las startups deben intentar poner a punto el motor para ir desde el punto de partida hasta el ideal. Esto puede requerir muchos intentos. Cuando la startup haya hecho todos los pequeños cambios y las optimizaciones del producto para moverse del punto de partida hacia el ideal, la empresa llega a un punto de decisión. Éste es el tercer paso: pivotar –cambiar la estrategia– o perseverar”, asegura Ries.
 
Una empresa que decide pivotar o cambiar de estrategia reinicia todo el proceso, restableciendo un nuevo punto de partida y preparando el motor desde allí. Un signo de que el cambio de estrategia ha sido correcto es que las actividades para poner a punto el motor son más productivas después del cambio que antes.
 
Una de las herramientas que ha de utilizar una startup es el llamado análisis de cohortes, que permite, según Eric Ries, en lugar de mirar los totales acumulados o las cifras brutas como ingresos totales o número total de clientes, analizar el comportamiento de cada grupo de consumidores que entra en contacto con el producto de forma independiente.
 
El método Lean Startup también usa análisis de embudo para el desarrollo de producto y los consecuentes flujos de consumidores que permiten entender cuantitativamente un negocio y tener mucho más poder predictivo que con los indicadores tradicionales.
 
Un último recurso, cuando se han agotado otros, también debe ser hablar con los consumidores, para saber qué no les gusta de nuestro producto, qué preferencias manifiestan y qué necesitan.
 
Eric Ries asegura que “los resultados cuantitativos pobres de una startup nos obligan a asumir el fracaso y crear la motivación, el contexto y el espacio para llevar a cabo más investigación cualitativa. Esta investigación produce nuevas ideas, nuevas hipótesis que hay que probar, llevando a un posible pivote. Cada pivote desbloquea nuevas oportunidades para más experimentación y el ciclo se repite. Cada vez repetimos este simple ritmo: establecer el punto de partida, poner a punto el motor y tomar la decisión de pivotar o perseverar”.
 
La contabilidad de la innovación no funcionará si una startup se deja engañar por unos indicadores –que Ries denomina vanidosos–, en los que en se intenta dar un mejor aspecto a las cifras a través de trucos comunes como el número total de clientes –que usan el producto pero no pagan¬–, anuncios de compra de último minuto, ventas ficticias a proveedores por encima de las necesidades de suministro y demostraciones con los últimos avances tecnológicos. La contabilidad de la innovación exige que evitemos la tentación de usar los indicadores vanidosos y potenciemos el uso de los indicadores accionables. 
 

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