Cuando la esencia del negocio original se pierde y la actividad e ingresos no dan los resultados deseados, aparece ante nosotros el fantasma del fracaso. Lo podemos interpretar como un fallo de nuestras capacidades y recursos que nos puede provocar una sensación de déficit personal y acarrear un sentimiento de desaliento.
Pero el fracaso también puede ser fuente de inspiración y motivación para afrontar nuevos retos con un mayor conocimiento y realismo.
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En todo proceso de aprendizaje o de innovación existe un cierto "miedo" al fracaso.
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La forma de asumir e interiorizar cualquier fracaso influye mucho, no solo en el proceso sino también, y sobretodo, en la persona.
14 opiniones argumentadas
- Joaquín Zulategui
- Fundador de "El Ser Creativo"
- Eric Ries
- Creador del método Lean Startup
- José Luis González Quirós
- Filósofo y analista político
- Annita Rodríguez
- Emprendedora
- Agustin Cuenca
- Haciendo proyectos en Internet desde 1987