En relación a la decisión ¿Montar una start-up tecnológica? esta es una opinión de Eduardo Díez-Hochleitner Rodríguez
- Eduardo Díez-Hochleitner Rodríguez
- Generalista y Economista (en excedencia)
Esta es mi opinión de experto
¡Una Start-up tecnológica son palabras mayores! No todas las start-ups llamadas así lo son en realidad. Explicaré por qué.
Para mi una start-up tecnológica es una nueva empresa que va a comercializar, en la forma que sea, un producto fabricado a partir de una tecnología que supone una mejora sustancial respecto a las que contienen los productos con los que va a compitir. ¿Y esto qué significa? Pues varias cosas a la vez:
- Que la tecnología sea patentable;
- Que sea state-of-the-art;
- Que sea vendible en el mercado global y que el mercado sea grande;
- Que sea mejorable con el tiempo;
- Que se pueda explotar y/o licenciar;
- Que sea plug-and-play;
- Que atienda a un mercado / necesidad en crecimiento.
Además, es obvio que debe cumplir otra serie de requisitos:
- Que se pueda montar una empresa con ella;
- Que la gestione un buen gestor, experimentado;
- Que atraiga a los mejores del sector;
- Que pueda suponer una necesidad a corto y medio plazo para los competidores;
- Que sea susceptible de atraer capital.
Si todo es así, se puede y se debe montar una start-up tecnológica. Pero, no hay que engañarse, el camino va a ser dificil. Por ello, hay que:
- Determinar bien cuál es el mercado y sus players;
- Establecer un roadmap claro tanto de desarrollo de productos como de comercialización;
- Pensar muy bien cómo se va a hacer el despliegue comercial;
- Establecer plazos razonables para escalar el negocio: internacionalización. No pretender hacer todo simultáneamente;
- Buscar financiación cuanto antes: cuanto más mejor. Siempre se calcula una cifra muy inferior a la realmente necesaria, sobrevalorando las bondades de la tecnología e infravalorando las dificultades de lanzar un negocio.
Si el mercado no es grande o la tecnología no es state-of-the-art o no hay un buen gestor para sacarlo adelante, abstenerse para evitar una frustración innecesaria. Mantener el sueño puede evitar un fracaso.