En relación a la decisión ¿Aprender a aceptar cumplidos de los demás? esta es una opinión de José Lázaro
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José Lázaro
- Profesor de Humanidades Médicas, UAM. Escritor.
Esta es mi opinión de experto
No, salvo que sea con las mayores precauciones. Las agresiones nos ponen a la defensiva mientras que los elogios nos hacen relajarnos y confiarnos: es entonces cuando somos realmente vulnerables.
El ser humano es un conglomerado de orgullo y deseos; tan solo el amor puede en ocasiones llegar a ser tan básico como esas dos grandes fuerzas mentales (aunque otras veces al amor se reduce parcialmente a la satisfacción del orgullo y el deseo). El orgullo, con su reafirmación de lo que somos, nos da fuerza para vivir. El deseo, con su avidez por incorporar nuevos objetos del exterior, nos da recursos para crecer. Este carácter básico del orgullo hace que nos agrade ser saludados (es decir, reconocidos por los otros como algo grato) y nos moleste ser ignorados (es decir, simbólicamente anulados por los otros). El orgullo nos permite afirmar lo que somos y perseverar en ello.
El orgullo es la manifestación humana del instinto animal básico de conservación. El papel nuclear que tiene para nuestra identidad el orgullo (entendido en este sentido genérico del término) es lo que hace que nos sintamos gratificados y confiados ante los elogios. Las críticas, las ofensas o las agresiones nos ponen en guardia, las alabanzas nos ponen en manos del que nos alaba con acierto y astucia. De ahí el peligrosísimo placer que nos proporcionan los cumplidos.
