En relación a la decisión Células madre, ¿apoyar su investigación? esta es una opinión de Juan Carlos Hernández Clemente

Sí

• Juan Carlos Hernández Clemente
• Experto en Bioética Clínica

Esta es mi opinión de experto

Casi siempre que se habla de investigación básica y de los efectos que pueden producir sus resultados  se hace hincapié en que el problema no es tanto la investigación en sí como la aplicación que de ella se haga. Sin embargo, en el tema que nos ocupa el problema surge desde la propia investigación básica, incluso antes de que hayamos podido aplicar los resultados que de ella se desprenden.
 
El problema de la investigación con células madre embrionarias, troncales o pluripotentes proviene de la pregunta sobre la esencia del embrión. No es un tema epistemológico sino ontológico, es decir, no sobre el conocimiento que tengamos del embrión y su desarrollo en los primeros días de vida sino sobre la propia esencia del mismo. Parece claro que el embrión desde su propia formación es vida biológica que pertenece a la especie humana por estar dotado de un material genético (el genoma) propio de esa especie, sin embargo, mientras que para unos es ya vida humana constituida, y por tanto goza de protección jurídica como cualquier otro ser humano, que sólo debe desarrollarse en el tiempo, para otros es una vida biológica con características especiales por su dotación genética pero que está en proceso constituyente y, por tanto, no se le puede otorgar toda la protección propia de una vida humana constituida.
 
Estos modos de pensar han dado lugar a dos teorías sobre el estatuto del embrión:
 
1) La teoría preformacionista o determinista según la cual en el DNA ya está preformado todo el desarrollo evolutivo del embrión y sólo tiene que ir cumpliendo etapas, es decir, el DNA es por sí mismo necesario y suficiente y
 
2) La epigenetista, la cual insiste en la importancia del medio para la expresión o desarrollo del DNA  y por tanto del embrión (por medio se entiende todo aquello que rodea al desarrollo embrionario). Para esta teoría el DNA es necesario pero no suficiente y será de la interacción genética (DNA) y epigenética (medio) cómo en un determinado tiempo y espacio se irá constituyendo la nueva entidad biológica. Antes de lo cual sólo será mera posibilidad, es decir, será un ser humano en potencia pero no en acto.
 
Con respecto a las oportunidades médicas que ofrece la investigación con células madres embrionarias pluripotentes son amplias y cada vez de mayor aplicabilidad. Desde la formación de tejidos para utilizar en medicina regenerativa como puede ser en pacientes con fracturas, con infartos o con lesiones medulares, a la posibilidad de la clonación terapéutica de un determinado linaje celular que pueda sustituir otro enfermo, o en tratamientos hematológicos etc.
 
Con las técnicas de reprogramación celular (obtener células madre pluripotentes partiendo de células somáticas  adultas, iPS) quizá se salve la resistencia que parte de la comunidad científica y la sociedad tienen a investigar con células madre embrionarias troncales procedentes de embriones supernumerarios o bien de embriones humanos que hayan perdido su capacidad de desarrollo.
 
Finalizo diciendo que el problema sobre la investigación con células madre embrionarias pluripotenciales no obedece, por todo lo dicho, a un problema epistemológico o sobre el conocimiento que la ciencia nos aporta sobre el mismo, sino como ya dije antes, ontológico, sobre la esencia del embrión. Por tanto, desde mi punto de vista, el problema sobre la investigación con células madre embrionarias troncales  queda más en el terreno de las creencias personales  sobre lo que se considera vida humana que sobre el conocimiento científico. Por tanto, me inclino a pensar que las creencias personales no pueden interferir con el avance de una ciencia cuyo único objetivo sea la curación de enfermedades.