La separación es una realidad que afecta profundamente las vidas de los miembros de la familia, especialmente la de los hijos, que se atribuyen a veces la culpa de esa ruptura. Hay expertos que recomiendan tratar esta realidad con delicadeza para evitar sentimientos de culpa en los hijos, aparentando ante ellos una situación de normalidad aunque sea ficticia.
Otras voces autorizadas sostienen que es preferible la sinceridad y la naturalidad, aunque para ello en ocasiones expongamos a los hijos a situaciones emocionalmente comprometidas.
La separación o divorcio de unos padres siempre afecta a los hijos. En ocasiones, sobre todo si son pequeños, creen que son ellos mismos la causa de que sus padres se separen.
Los padres podrán sentirse satisfechos o molestos con la situación, pero son los hijos los que normalmente sienten su seguridad personal amenazada y es a ellos a los que los especialistas recomiendan prestar una especial atención para evitar que sufran más de lo estrictamente necesario y, en especial, que se sientan culpables de la situación o sus consecuencias.
Ante esta situación, hay expertos que recomiendan esforzarse por tratar esta situación con delicadeza para evitar sentimientos de culpa en los hijos y aparentar ante ellos una situación de normalidad, aunque para ello debamos fingir o crear situaciones ficticias.
Sin embargo muchas otras voces autorizadas sostienen que es preferible la sinceridad y la naturalidad, aunque para ello en ocasiones expongamos a los hijos a situaciones emocionalmente comprometidas.