Las cuentas corrientes son imprescindibles para la gestión de la economia doméstica, pues evitan el tener dinero en efectivo en casa, con los riesgos que conlleva.
Existen varios modelos para las cuentas con más de un titular. Las cuentas indistintas (en las que cualquiera de los titulares puede disponer del saldo) son muy empleadas, pero son las que provocan mayores problemas cuando la relación entre los títulares desaparece.
La relación de pareja, y más si se tienen hijos, implica también integrar la gestión económica en la familia.
Desde los valores que caracterizan la economía doméstica, como la confianza, la transparencia, la solidaridad, es preciso plantearse la conveniencia de compatir cuentas bancarias, con el objetivo de tener más versatilidad en los trámites bancarios y en la disponibilidad de los fondos económicos comunes a la pareja.
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Si no existe una comunicación de bienes en la pareja, difícilmente se compartiran cuentas bancarias.
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Si se comparten cuentas bancarias existe más disponibilidad del dinero líquido de que dispone la pareja en común, ya sea mediante dinero efectivo, cheque bancario, o targeta de débito o crédito asociada a la cuenta bancaria.
Opiniones argumentadas
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