En ocasiones nos decimos palabras a nosotros mismos para motivarnos frente a algo, lamentarnos, enfadarnos por algo que hemos hecho, etc. Pero a veces tiene más impacto lo que otra persona nos dice de nosotros mismos.
La duda está en si son más efectivas esas palabras de ánimo, de consuelo o reproche cuando las escuchamos de otro, que cuando las pensamos en solitario con nuestro lenguaje interior.
La cuestión radica en saber si una palabra de ánimo, o una reprimenda tiene más efecto si nos la dice un amigo o un familiar por ejemplo o si nos la decimos nosotros mismos. Muchas veces hacemos más caso a los demás, cuando los que mejor nos conocemos y los que tenemos el poder de decisión para actuar somos nosotros.
3 opiniones argumentadas
- Begoña Pabón
- Mentora de Líderes de Exito