Para muchos creyentes y mediante el ejercicio de la fe, resulta indudable que los santos pueden hacer milagros y brindar favores aún en las situaciones más difíciles de la vida.
La fe católica supone que si un santo o santa está en el Cielo, su intercesión puede lograr de Dios un favor que sería imposible lograr sin intervención divina, es decir, hacer un milagro. Eso significa que se le puede canonizar, ponerlo como ejemplo para otros creyentes, en la confianza de que está en el Cielo.
Todas las culturas, en sus distintas convicciones religiosas, sienten que hay un vínculo misterioso entre quienes vivimos y las personas extraordinarias y buenas que ya han muerto. En el mundo cristiano existe la convicción de que Dios resucita a los muertos y que si se trata de personas santas, están seguramente con Dios. Y desde allí interceden por nosotros. La fe en esta intercesión logra a veces eventos totalmente fuera del alcance humano.
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