Todas las personas que obtengan algún tipo de renta o pensión contributiva están obligadas a presentar la declaración de la renta. Los 22.000 euros marcan la barrera entre tener que hacer la renta o estar exento. Además, dependiendo del tipo de renta, se pueden aplicar unos límites a la cuantía que se puede ingresar sin estar obligado a hace renta. Aprovecha los recursos que pone la Agencia Tributaria a la disposición del contribuyente para averiguar que te conviene más. Y es que esta es una decisión que no se puede tomar sin datos concretos y puede variar cada año según tus circunstancias.
También están obligados a hacer la declaración aquellos trabajadores que hayan tenido dos o más pagadores siempre que las cantidades percibidas del segundo y posteriores pagadores sean superiores a 1.500 euros. En este caso el mínimo para hacer la declaración de la renta baja a los 11.200 euros. Pese a que la ley es muy clara, algunas personas se plantean si deben o no hacer la declaración de la renta.
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Desconocer la normativa legal sobre los impuestos a la renta. No haber tenido trabajo durante un año.
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Hacer la declaración de la renta implica colaborar en el financiamiento del Estado. Evitar posibles multas por incumplir la normativa.
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Pedir asesoría a un gestor sobre las obligaciones fiscales que se tienen en función de la situación laboral que se tenga. Informarse sobre las sanciones que puede suponer no cumplir con esta obligación.
Francisco Martín-Recuerda García 