Las cápsulas de café no se consideran “envases residuales” por ser indivisibles del producto que contienen, pero el impacto ambiental que produce su eliminación es patente
La prevención de su impacto ambiental se reduce, de momento, a programas de recogida y reciclaje voluntariamente implantados por algunas compañías.
¿Se deberían imponer obligaciones de recogida y reciclaje a los productores, distribuidores y consumidores de este tipo de producto o confiar dichas medidas a la iniciativa privada y a la buena conciencia ambiental de los consumidores?
El crecimiento del mercado de café en cápsulas monodosis ha sido espectacular en los últimos años. Limpio, práctico y rápido, permite preparar un café de calidad de la manera más simple y ha conquistado a millones de entusiastas del espresso.
Estos sistemas, de empleo fácil e higiénico, presentan sin embargo un inconveniente considerable en materia ambiental.
Varios miles de millones de cápsulas terminan cada año en las basuras domésticas. El mismo concepto del producto, algo que es de un solo uso, desechable, y con un embalaje de un solo sentido parece ir en contra del progreso ambiental.
Aunque para algunos la comodidad y eficiencia anulan el tema de los residuos, para muchos consumidores de este sistema, de perfil moderno y cosmopolita, el respeto al medio ambiente tiene cada vez mas peso en sus gustos y decisiones.
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