Durante mucho tiempo la ilusión de cualquier padre era que sus hijos accedieran a la universidad y completaran una formación académica superior. Todo escolar tiene por delante varios años de mucha exigencia en sus estudios, antes de poder decir que se ha matriculado en la carrera superior de sus sueños. Pero el reto no acaba ahí, el estilo de vida universitario es muy distinto al de la etapa escolar y puede requerir aptitudes muy distintas, como la de gestionar bien la presión o lograr automotivarse dentro de un estilo de vida mucho más autónomo.
A la hora de valorar la posibilidad de hacer estudios universitarios no solo cuentan las calificaciones que se hayan logrado en la etapa anterior o la inteligencia del estudiante sino además, el carácter, los gustos y el tipo de vida profesional que queremos llevar en el futuro al dar el salto a la vida profesional.
2 opiniones argumentadas
- Leticia Soberón
- Doctora en comunicación social - redes
- Enrique Baca Baldomero
- Catedrático de Psiquiatría