Cada persona vive la amistad de una forma. Para muchos, cuando es verdadera no impone condiciones: se acepta al otro siempre. La duda es si se deben poner límites, y si la necesidad de sentirse aceptados puede hacernos transigir con cosas que no deberíamos.
Es decir, es clave que la amistad tenga un componente de confianza y de incondicionalidad pero, hay casos y ejemplos que demuestran que, quizás, haya que poner ciertas condiciones mínimas para ser amigos y seguir siéndolo.
¿Ser amigo sin poner condiciones?
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