Cuando una mujer se queda viuda su vida cambia. A la muerte y el duelo sigue un proceso de recuperación para asumir la viudedad, su nueva situación. Es momento de adaptarse y una buena opción es reinvertase.
Esta adaptación se realiza, según cada persona, siguiendo un ritmo y proceso diferentes. Convertirse en viuda implica la necesidad de afrontar la muerte para seguir adelante. Muchos factores intervienen en la asunción de la viudedad bien sean personales, psicológicos, económicos o sociales pero, de un modo u otro, es la ocasión de plantearse cosas nuevas. ¿Es hora de reinventarse o crees que no es así?
Después de la muerte de la pareja o del cónyuge, la vida de la persona que queda viuda cambia radicalmente. De repente debe acostumbrarse a vivir, de nuevo, sin la persona amada a su lado, sin tener ese soporte permanente con el que contaba antes.
Durante la primera temporada, es habitual que a esta persona no le apetezca hacer prácticamente nada, quizá, ni siquiera se vea con ánimos para retomar sus actividades diarias. Pero pasada esta primera época, es posible que ésta persona se plantee reinventar su vida, darle un giro nuevo y, en definitiva, sobreponerse a la viudedad.
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Temer al qué dirán si rehago mi vida, temor a quedarme sola si no la rehago. Baja autoestima y autoconcepto de uno mismo.
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Agarrar las riendas de nuestra vida, decidir qué es lo mejor para nosotros en cada momento es síntoma de sentirse bien con uno mismo. Reflexionar sobre lo que quiero, lo que necesito, pero sobretodo, lo que me apetece.
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Intentar pensar sin prejuicios sobre la viudedad y sobre las relaciones, no decirse, en ningún momento, que se es demasiado mayor para hacer una u otra actividad, hablar con personas que hayan atravesado por la misma situación y que nos puedan aconsejar.
2 opiniones argumentadas
- MARÍA DEL CIELO GAYTÁN MORENO
- Cuando enviudé tenía un buen trabajo, salud y apoyo de seres queridos
- Tatiana Carrillo Gamboa
- Psicología clínica