En relación a la decisión ¿Adoptar un hijo?
- Anónimo
- Madre biológica y adoptiva
Esta es mi opinión personal
Tengo una hija biológica de 24 años y hace 12 años adoptamos un niño en América. Publico mi experiencia como anónima por respeto a ellos. Me gustaría compartir con las familias que quizás estén pensando en adoptar que lo más importante es pensar en los niños. En que cuando son niños se pegan a nosotros por su ansia de sentirse amados pero a medida que van creciendo, siguen necesitando de nosotros pero pasan por el proceso inevitable de tener que aceptar su origen y eso no siempre les resulta fácil. Y superar ese proceso creo que es lo que verdaderamente nos reafirma como auténticos padres e hijos, independientemente de la biología. Las adopciones no son nada bucólicas como tampoco lo son muchas maternidades biológicas. Pero sí tengo que afirmar que son niños y niñas que con paciencia, cariño y toda la ayuda que haga falta tienen derecho a ser amados y pueden aprender a amar. No concibo mi vida sin mis dos hijos.
En el trascurso de mi vida y en el ejercicio de mi profesión como educadora con especialidad en preescolar, he tenido la fortuna de conocer de cerca y de lejos, familias con uno o dos hijos adoptados, con hijo biológico y con hijo del corazón... el hijo adoptado y he podido vivenciar la bondad tanto para los padres como para los hijos en estas circunstancias.
Si bien es cierto que existen riesgos y peligros -como bien lo menciona la experta Beatriz San Román- por las leyes existentes que privilegian la protección al menor y que no tienen tan en cuenta la satisfacción de una familia o el requerimiento individual de una madre o un padre o de la pareja que así lo desea, como fue el caso de Francisco López quienes estuvieron ilusionados y al final, fue denegada la adopción... con la frustración que ello genera al interior de la familia.
Todos los riesgos mencionados son ciertos, hay que estar alertas con las leyes aprobadas pero más alertas en el amor y cuidados que los niños reciben, pues es este amor el que redime tanto a los niños como a sus padres. Si el amor es el eje de las familias todo es para el bienestar de cada uno de los miembros de la familia como núcleo y también como familia extensa. Todo será bendición de generación en generación hacia futuro.
Si decimos que no a la adopción, sea como sean los por qués por los que recurrimos a esta solución, estamos cerrando posibilidades de VIDA. Niños y a adultos merecen amarse y constituirse familias maduras y felices