En relación a la decisión ¿Creer en Dios? esta es una experiencia de de Enrique de Simón
- Enrique de Simón
- En el 2005 tuve la suerte de recibir el Don de la Fe
Esta es mi opinión personal
Sinceramente, hasta el año 2005 no tuve la certeza de que Dios existía, a partir del 2 de abril de ese año empecé a tenerla, cuando asistí, sin querer, a un grupo de oración bastante especial , donde sólo iba a llevar a otra persona y todo coincidió para tenerme que quedar.
Salí de allí con algo de perplejidad e incredulidad, pero escasamente una hora después se anuncia el fallecimiento de S.S. Juan Pablo II de quien se había hablado, con detalle en esa reunión y me sentí muy tocado. Por aquel entonces, mi indiferencia hacia cualquier tema religioso era tremendo, respetuoso con las creencias de los demás, pero llegando al rechazo personal. En cambio, a partir de ese momento me hizo plantearme muchas cosas y tuve un periodo, semanas o meses, de grandes luchas internas y curiosidad sobre lo sucedido, algo me estaba cambiando por dentro. No voy a entrar en los detalles, porque creo que estos son entretenidos pero quizás más anecdóticos.
Lo realmente interesante son los frutos y estos fueron que, desde entonces me comenzaron a suceder una serie de acontecimientos "casuales" que me hicieron darme cuenta que en un momento dado se me regaló algo que yo no había pedido (otros lo pedían por mí), el Don de la Fe. Sin más tuve la certeza de que Dios existe y desde ese momento, es tan real que parece increíble que no hayas podido creer antes, nada lo contradice, ni siquiera todas aquellas dudas que por la razón te podían hacer pensar que no podía ser, que era absurdo o contradictorio. Todo toma un sentido cierto y obvio, pero es difícil de explicar porque llega desde los sentimientos (entendiendo, el amor, como sentimiento), pero con gran lógica desde la Fe. Todo el razonamiento sobre Dios pasa a ser tremendamente simple, como si de repente todo te cuadra, todo se alinea.
Mas tarde, comprendí que todas esas "casualidades" eran el lenguaje de la Providencia, es maravilloso la delicadeza con la que Dios se muestra a través de Ella, esos Consuelos de Dios que permite que te des cuenta de su actuación Providente, pero lo hace con tal tacto que no coarta tu libertad, sabes que Él está detrás, pero tú eliges.
La Providencia está ahí todos los días y no sólo para unos pocos afortunados, sino para todos, solo hay que dejarse llevar, dejarse Sorprender y Él, Sorprende!!
Recuerdo que al principio me pasaban muchas coincidencias y no me creía que no fueran meras casualidades, e incluso razonaba que si intuía que podía haber algo sobrenatural detrás de ellas, era porque yo quería verlo así y no porque realmente lo fuera, hasta que estas llegaron a ser tantas y una detrás de otra que aquello ya no tenía ningún sentido.
Por entonces, yo no creía en el poder de la Oración, me parecía absurdo, hoy estoy convencido que La Oración con Fe todo lo puede, aún así muchas veces me puede el mundo y sus problemas y me olvido de coger el atajo de La Oración, porque somos humanos y el mundo tira con fuerza de nosotros, pero en los peores momentos Dios se hace notar y si te dejas, te ayuda. A veces cuesta darte cuenta que la ayuda llega en sentido contrario de lo que tu esperas, pero llega. Le encanta sacar bien del mal.
Cuando llegas a este punto, entiendes que para tener Fe, sólo hay que pedirlo deseándolo de verdad y te la regalan, pero es un paso muy difícil de dar cuando no crees, es algo parecido a dar un salto al vacío a ver qué pasa y es verdad que cuesta, yo solo te digo que merece la pena! Claro, que he sido tremendamente afortunado por recibirlo sin que yo personalmente lo pidiera, pero sí que tuve que dar ese salto para aceptarlo.
Sólo puedo decir, que os dejéis Sorprender, y pedir la Gracia que os permita ver La Providencia, en verdad, es un viaje alucinante, y no hay que tener miedo, no es verdad que se sufra más cuanto más te entregas, al revés se sufre mejor.
Habrá gente que me considere un iluso, un iluminado e incluso un poco desequilibrado, o quizás, simplemente un pringado, para ellos solo decir que os entiendo, antes posiblemente, yo hubiera pensado así.
