En relación a la decisión ¿Sellar un acuerdo con un simple apretón de manos? esta es una experiencia de de Enrique de Simón

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Esta es mi opinión personal

Según nos cuentan existió una época donde no sólo se hacían, sino que se respetaban los acuerdos de palabra, que se sellaban con un mero apretón de manos.

Está claro que para que un acuerdo verbal fuese posible, hacía falta tener un alto respeto en la palabra que se da y confianza en la persona.

El respeto en la palabra que damos, es la confianza en uno mismo, el saber que cuando te comprometes a algo vas a ser capaz de respetarlo, aún en el caso que por el camino te aparezca una mejor oportunidad, que aquella que pactaste.

La confianza en la persona a quien damos nuestra palabra, se basa en no dudar de su buena fe durante la duración del acuerdo.

¿Quiere esto decir que hoy por hoy no confiamos en nadie?

En un mundo más globalizado y donde pactas acuerdos con gente en cualquier parte del planeta, es normal que se cierren con contratos firmados, lo más blindados posible, para evitar cualquier engaño e incluso sospecha o duda del mismo.

Esta práctica, se extiende a la gente que es más cercana a nosotros e incluso a la familia. Queremos que todo quede por escrito para evitar problemas a posteriori y posiblemente sea una sabía decisión, dejar las reglas del juego pactadas con firma de antemano.

Por tanto, hemos cogido como costumbre un mecanismo de autodefensa para protegernos, pero esto no significa que no confiemos en nadie, simplemente no nos planteamos sí habría que confiar o no.

¿Seria absurdo, y temerario llegar a un acuerdo verbal con un mero apretón de manos en el mundo de hoy?

Si alguien te propone algo así, piensas que hay gato encerrado o le tachas de iluso.

Pero si lo piensas bien, también puede asociarse a alguien sincero y tremendamente seguro de sí mismo que tiene la certeza de no necesitar un blindaje contractual para que le valoren y por tanto le respeten.

Como hemos dicho la confianza es primordial y esta no tiene grados, se confía o no se confía.

Conclusión, no hay relación de negocio que pueda ofrecer mayor confianza entre dos personas que el buen fin de un acuerdo verbal, donde te has sentido respetado por la otra parte por encima del contrato, esa seguridad y sincera confianza que se genera puede ser más sana y duradera que el mas blindado de los contratos.
Pero quizás, conseguir esto en el mundo de hoy, es casi encontrar una aguja en un pajar.

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