En estos momentos vivimos una crisis que afecta a la vez a muchos ámbitos de nuestra existencia. Hay gran falta de soluciones, y son muchos los que consideran que estamos ante un cambio de civilización. En cualquier caso es indiscutible que necesitamos urgentemente incrementar nuestros niveles de conocimiento y compartirlos.
Vivimos tiempos de grandes cambios e incertidumbres en los que muchas personas se sienten inseguras y con dificultad para realizarse: las relaciones humanas parecen frágiles, hay ansiedad, paro, adicciones, conflictos familiares entre parejas, entre padres e hijos….
Gran parte del mundo que conocemos- ese que nos ha funcionado razonablemente bien durante nuestras vidas, por lo menos a nivel material- se nos esta desmoronando: bancos y ¿países? quiebran, industrias enteras y empresas desaparecen, el estado del bienestar se resquebraja, existe una amenaza muy seria derivada del cambio climático que estamos provocando, gobiernos, dirigentes e instituciones fallan repetidamente..... Sin olvidar los grandes retos que como humanidad siguen desgraciadamente vigentes cuando no agravándose: millones de personas continúan muriendo de hambre, guerras interminables, amenazas terroristas y nucleares, violación de derechos y deberes humanos, contaminación.....
El proceso de toma de decisiones se ha acelerado e incrementado en un entorno cada vez más cambiante e incierto. Las soluciones no parecen estar en nuestras manos. Las personas tenemos enorme dificultades para reconducir nuestras vidas.
Los sistemas económicos y financieros no parecen tener la solución en sus mecanismos de funcionamiento actuales. Las democracias y numerosas instituciones se están mostrando incapaces de regenerarse por si solas. Los sacrificios sociales que nos imponen no dan los resultados esperados.
El resultado es un desasosiego generalizado, una perdida de referencias, de valores y de expectativas, una sensación de impotencia de las personas para cambiar lo que no funciona, en sus vidas o en la sociedad.
Son demasiadas crisis y falta de soluciones a la vez. Son muchas las personas y los expertos que piensan que estamos al final de una etapa y al principio de una nueva era de la civilización. Puede que si o quizás no sea para tanto, pero la gran mayoría coincide en que muchas cosas importantes van a tener que cambiar.
Para que las cosas cambien necesitamos soluciones y tenemos una falta alarmante de ellas. Tenemos que tomar consciencia que detrás de una falta de solución lo que subyace es una falta de verdadero conocimiento y del consenso necesario para aplicarlo.
Pero la realidad es que nos cuesta mucho cambiar lo que nos ha funcionado durante mucho tiempo. Hemos trabajado mucho y el escaso tiempo libre lo hemos dedicado a consumir, a maximizar el ocio frugal sin pensar que las cosas podían cambiar. Nos hemos acomodado, limitando nuestro esfuerzo de aprendizaje a una educación técnica para perfeccionar lo que hacíamos en vez de compatibilizarla con reflexión, debate y concepción de alternativas por si las cosas cambiaban.
Es necesario vencer la inercia de creer y hacer lo que nos dicen sin cuestionarlo, sin profundizar; somos como robots programados para trabajar y perpetuar modelos caducos que necesitan profunda renovación.