Investigador social y consultor académico y organizacional
Miércoles, 14 de Noviembre de 2012 a las 19:32
En el libro se presentan experiencias concretas de muchos países diferentes: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela. La originalidad de esta obra: la gran variedad de estas luchas sociales se traduce también en la variedad de formatos que se recogen y que agilizan y hacen más entretenida la lectura del texto: ensayos, artículos, entrevistas, relatos, páginas de diario, historias de vida. En ella han escrito latinoamericanos y europeos, autores reconocidos en el ámbito de los movimientos sociales, periodistas, investigadores y profesores, pero también simples activistas que nos dan una visión aún más cercana y más desde abajo.
Este libro ha sido la ocasión para dar espacio, otro pequeñito espacio, a la América Latina que se cuenta sola, que quiere contarse y quiere contar. Una América Latina viva, multiforme, colorada, de la cual sigo aprendiendo, mucho. Sigo aprendiendo de estas palabras, de estos relatos, de estas historias de vida que no son otra cosa que el simple testimonio de que algo está cambiando, desde abajo, “a mano y sin permiso, arando el porvenir con viejos bueyes”.
En el libro se presentan experiencias concretas de muchos países diferentes: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela. La originalidad de esta obra: la gran variedad de estas luchas sociales se traduce también en la variedad de formatos que se recogen y que agilizan y hacen más entretenida la lectura del texto: ensayos, artículos, entrevistas, relatos, páginas de diario, historias de vida. En ella han escrito latinoamericanos y europeos, autores reconocidos en el ámbito de los movimientos sociales, periodistas, investigadores y profesores, pero también simples activistas que nos dan una visión aún más cercana y más desde abajo.
Este libro ha sido la ocasión para dar espacio, otro pequeñito espacio, a la América Latina que se cuenta sola, que quiere contarse y quiere contar. Una América Latina viva, multiforme, colorada, de la cual sigo aprendiendo, mucho. Sigo aprendiendo de estas palabras, de estos relatos, de estas historias de vida que no son otra cosa que el simple testimonio de que algo está cambiando, desde abajo, “a mano y sin permiso, arando el porvenir con viejos bueyes”.