En relación a la decisión ¿Apoyar la flexibilización de salarios como medida para la creación de empleo? esta es una opinión de Joseph Eugene Stiglitz

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Imagen de Joseph Eugene Stiglitz

Esta es la opinión del experto

Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía en 2001, sostiene que aprovechar la liberalización del mercado de trabajo para recortar sueldos, agrava el problema en un contexto de crisis, ya que conduce irremediablemente al descenso del consumo y es cuestionable como herramienta de creación de empleo.

En unas declaraciones recientemente publicadas por el diario El País, Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía en 2001, celebra que Europa mejore su flexibilidad laboral, pero se  reafirma sobre sus efectos perniciosos si dicha reforma se utiliza para reducir los salarios.

Para Stiglitz, aprovechar la liberalización del mercado de trabajo para recortar sueldos sólo agrava el problema en un contexto de crisis, ya que conduce irremediablemente a un descenso del consumo y es cuestionable como herramienta para la creación de empleo.

Aún estando de acuerdo con una reforma del mercado laboral que recoja el recorte de vacaciones y festivos, así como la reducción de las indemnizaciones por despido y del pago de horas extra, este reputado economista, conocido por rechazar las políticas de austeridad implantadas tanto en EE UU como en Europa para combatir la crisis pone como ejemplo de “flexibilización del mercado laboral” a EE UU que, con un mercado de trabajo desregulado "no resolvió el problema de esta crisis" y, de hecho, funcionó "peor durante la recesión que Alemania y otros países con más protección social".

A pesar de que fuera importante su contribución a la teoría de “información asimétrica”, la que le sirvió para compartir el Premio Nobel de Economía en 2001, es el “modelo Shapiro-Stiglitz” sobre salarios de eficiencia” propuesto en 1984 el que explica la existencia del desempleo y porque los salarios no son siempre arrastrados “a la baja” por aquellos que buscan empleo. 

Este modelo se sostiene sobre dos observaciones:

1º.-  A diferencia de otras formas de capital, las personas pueden escoger su propio nivel de esfuerzo, siendo costoso para las empresas determinar cuánto esfuerzo están realizando sus trabajadores, y

2º.-  Los salarios no disminuyen lo suficiente durante las recesiones como para evitar que aumente el desempleo. Si la demanda laboral cae, esto aminora los salarios. Pero debido a que los salarios han caído, la probabilidad de que los trabajadores no ejerzan su mayor esfuerzo se incrementa.

Si los niveles de empleo deben mantenerse, por medio de una rebaja suficiente de los salarios, los trabajadores serán menos productivos que antes.

Como consecuencia, en este  modelo, los salarios nunca caerán lo suficiente como para mantener los niveles de empleo de la situación previa, debido a que las empresas quieren evitar que los trabajadores eludan excesivamente sus responsabilidades..

En conclusión, según este modelo y su autor, una política de flexibilización de los salarios, que inevitablemente conducirá a una reducción de los mismos que nunca será suficiente para incentivar la creación de empleo. 

 Dicha política desembocaría en una desmotivación del trabajador por su pérdida de poder adquisitivo, una depresión económica por el descenso de la demanda en el consumo y, todo ello,  sin producir efecto alguno sobre la creación de empleo.

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