En relación a la decisión ¿Tomarme una hora de soledad al día para cultivar mi espiritualidad? esta es una opinión de Alfredo Rubio de Castarlenas
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Alfredo Rubio de Castarlenas
- Médico, Teólogo, Filosofo, Sacerdote y Escritor
Esta es la opinión del experto
Hay personas que están siempre en la vorágine del mundo, arrastrados por la corriente, rodeados de gente en todas partes, pero que no saben estar solos. Otras que saturadas de la mañana a la noche de estar con los demás, suspiran por estar un poco a solas; lo que pasa es que no saben cómo hacerlo.
A éstos que suspiran por un rato de silencio, es bueno darles una ayuda. Hay que enseñar a estar a solas en silencio para paladear a Dios Padre.
De la vivencia de que “yo no era, podía no haber sido, ¡y soy!” inmediatamente sé que descanso en el Ser Absoluto. Pero al contactar la superficie de mi ser con la superficie del Ser Absoluto (que es lo máximo que yo, con mis fuerzas naturales puedo hacer), si lo hago en profundidad, llego a la mística natural, al misterio, porque yo no me he dado el ser, podría no haber sido y soy…; noto que me sostiene el Ser Absoluto –que para mí, es un misterio inaccesible, incomprensible, me desborda por todas partes- y, en el fondo, ni siquiera comprendo exactamente, que es lo que yo soy. Estamos rodeados de misterio; alcanzar esto es lo que podemos, máximamente, hacer con nuestras fuerzas.
¡Descanso en el Ser! Conectamos estas dos superficies, como si tuvieran poros; si no encajan en nada, son absolutamente opacas, no me entra ninguna luz, ningún perfume, nada. Ahora bien; si voy girando hasta que mis poros coinciden con los poros de la otra superficie, ¡algo de luz me llegará!
