En relación a la decisión ¿Apoyar el decrecimiento para vivir todos mejor? esta es una opinión de Arcadi Oliveres

Sí

• Arcadi Oliveres
• Economista

Esta es mi opinión de experto

El experto señala en su libro "Otro mundo (Un altre món)" que afortunadamente en Francia hay una asociación que precisamente se llama “decrecimiento”, y que actúa en esta línea de intentar hacer presión porque el crecimiento de los países que ya tienen un bienestar determinado tenga un límite. Esto no quiere decir que los países pobres no hayan de crecer; al contrario, son los que más lo han de hacer. Precisamente, el margen de que puedan dar los países más ricos puede dejar respirar la autonomía y los recursos de los países más pobres.
 
Si las ventas son cien y la inflación es de un 3%, que al año siguiente las ventas sean de ciento tres, esto parece razonable, pero lo que no es razonable es que un directivo de empresa diga que han de ser ciento veinte. ¿Por qué? Porque esto quiere decir consumir más y gastar demasiado. Dejar que cada año la renta fuera la misma por cada ciudadano tampoco afectaría tanto: ¿por qué cada año hemos de consumir más energía? ¿Por qué hemos de gastar más agua? ¿Por qué hemos de renovar los aparatos electrónicos?
 
Un consumo moderado no iría mal en todo el planeta. Pero cada año aparecen cosas nuevas para consumir, por medio de nuevas necesidades inventadas. Falsas, muchas veces, pero muy convincentes publicitariamente. Y también perversas: ¿por qué un modelo de ordenador o un teléfono móvil, por poner dos ejemplos, tienen un tiempo de vida tan corto? ¿Es necesario? Para nosotros puede ser que no, pero para el mercado sí. Creo que los tipos de perfeccionamiento de la sociedad irían no tanto en la dirección de crear necesidades y andarlas renovando, sino de hacerlas más sostenibles: ¿y si pensamos en un modelo de coche que en vez de gastar 10 de gasolina nos gaste 5 y en vez de petróleo sea alimentado por alcohol? ¿No sería una buena solución de cara a la falta de recursos naturales? Continuemos teniendo un coche, pero menos contaminante y más sostenible.
 
Probablemente la mentalidad que ha de cambiar es la de la empresa o las empresas, pero esto ya es más difícil, si entendemos que uno de los objetivos de cualquier empresario es hacer beneficios, y si puede, aumentarlos. Es cierto que, a pesar de todo, hay que establecer algunos mecanismos para evitar un crecimiento desmesurado y, en cualquier caso, para repartir mejor las ganancias, para evitar, por ejemplo, las situaciones de monopolio.