En relación a la decisión ¿Apoyar que se construyan determinados centros de culto en mi barrio? esta es una opinión de Antonio Riccio

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Esta es mi opinión de experto

Apoyar la apertura de lugares de culto es un acto de tolerancia y de civilización que invita principalmente a la reciprocidad.
 

Tal “apertura” no debe estar sólo al servicio de la comunidad de los fieles, sino también del país huésped para producir intercambio, diálogo y mutua comprensión entre las diferentes religiones.
 
Los centros de culto no sólo deberían cuidar el crecimiento religioso de sus creyentes, sino que también, y más importante, facilitar la difusión y el conocimiento de su identidad religiosa a los ciudadanos del país de acogida, y una mejor comprensión, crítica y reflexiva, de las formas identitarias y religiones locales.
 
Así, estos procesos educativos pueden emanciparse de la sospecha de proselitismo y abrirse a la tarea, más difícil, del diálogo (religioso) como un recurso valioso para una convivencia pacífica.
 

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