En relación a la decisión ¿Decirle que ya no le quiero? esta es una opinión de Beatriz Serrano Garrido

No
Imagen de Beatriz Serrano Garrido

Esta es mi opinión de experto

Decirle que no le quiero, no siempre se ajusta a la realidad. Es muy difícil dejar de querer al que ha sido o a la que ha sido padre/madre de tus hijos, a la persona que ha compartido los momentos más importantes de tu vida, aquella que ha significado para ti más que nadie

No se deja casi nunca de querer. Lo que sí puede ocurrir es que dejemos de amar.
No es lo mismo querer que amar.  Hay una diferencia sustancial. Amar, además de querer, implica desear, desear físicamente al otro, desear el contacto físico. Eso sí puede desaparecer con el tiempo, y si la relación no está bien consolidada, pues sólo está basada en el deseo y en lo meramente físico, entonces la relación se ha terminado. Pero no se ha dejado de querer, porque nunca se ha querido.
El enamoramiento dura aproximadamente dieciocho meses, me refiero al enamoramiento como sentimiento de amor unido a la pasión y al deseo.
 
Ese sentimiento de amor y deseo con el que debe iniciarse una relación, va cambiando con el tiempo y, a medida que se conocen las parejas, se va creando un vínculo mucho más consistente. Este vínculo se va forjando en la medida en que se desea estar más tiempo con la otra persona. Tiempo para en disfrutar de los momentos de ocio, para compartir a los hijos renunciando al bienestar personal en beneficio del otro. Tiempo para compartir los momentos duros animando a tu pareja aportándole equilibrio.
 
Este vínculo se va haciendo más sólido a medida que vamos aprendiendo a aceptar aquellos aspectos referidos a hábitos, rutinas o carácter del otro, que con la convivencia van apareciendo y que eran desconocidos antes para nosotros. Si durante este tiempo pasados los primeros dos años, somos capaces de expresar hábilmente nuestros sentimientos, limando asperezas en un clima de serenidad y aceptación, ese enamoramiento se va transformando en amor. Un amor maduro y sólido, que una vez pasada la fase de enamoramiento permanece y debe permanecer para siempre.
 
Sin embargo, puede ocurrir que esas diferencias o discrepancias que van apareciendo, en vez de irse solventando, ocasionan más roce y menos entendimiento. Si se permite que la relación discurra en el tiempo sobre este lecho de incomprensión, la pareja se irá alejando poco a poco uno del otro. Con el tiempo irán apareciendo los rencores, más tarde la ira, hasta tal punto que la convivencia se convertirá en un calvario. En este punto en el que se pierde el respeto mutuo, se ha deteriorado tanto la relación que es difícil hablar de amor.
 
Si lo que se termina es el deseo, si ya no hay atracción física, si no nos merece la pena mantener una relación basada sólo en el amor, ese amor maduro y sólido del que hablábamos antes, entonces hay que tomar una  determinación. Llegado ese momento, es más sensato decir:
“Te sigo queriendo pero mi cuerpo no desea el tuyo y como la vida de pareja requiere el deseo físico y el contacto piel con piel, creo que es mejor dejarlo”.

Información relacionada

×

Para poder participar debes ser usuario de Dontknow

Cargando...
×