En relación a la decisión ¿Separarme si discutimos todos los días? esta es una opinión de Beatriz Serrano Garrido

No

• Beatriz Serrano Garrido
• Directora del Centro de Inteligencia Emocional "Ciebserrano"

Esta es mi opinión de experto

Es posible que alguno de los miembros de la pareja o ambos, estén pasando por una crisis, laboral, existencial, etc. y al no saben manejarla, trasladan sus frustraciones a la pareja a modo de desacuerdo ante cualquier opinión del/la esposo/a.
 
Discutir es mostrar nuestro parecer, a veces de acuerdo y a veces en desacuerdo. Hay que analizar cuál es el objeto de la discusión, si es referido a la pareja o ajeno.
 
Se puede discutir por casi todo, pero eso no tiene porqué deteriorar al relación. A ti te gusta la primavera, a mí el otoño. Yo prefiero el cine, tú el teatro. A mí me gusta el mar a ti la montaña. A mí me gusta fumar a ti no, etc. En este caso sólo es necesario algo de tolerancia, cierta habilidad para entender los distintos pareceres y aprender a ceder una vez uno y otra vez otro, manteniendo así un clima de diálogo tranquilo y sosegado.
 
Sin embargo si las discusiones son referidas a las familias políticas, al modo de organizar la economía familiar o a la relación sexual, entonces la cosa cambia.
 
En este caso, se producen situaciones en las que es muy difícil llegar a un acuerdo puesto que lo que hay en juego son sentimientos. Nos es muy difícil expresar lo que sentimos sin herir a la otra persona. Cualquier intento por parte de uno de los cónyuges para llegar a una solución puede tomarse como un ataque personal por parte del otro.
 
En estas ocasiones, si siempre se discute por lo mismo y nunca se llega a un acuerdo es conveniente acudir a un tercero. Este ha de ser de confianza para ambos y con el suficiente peso específico como para que su criterio nos sirva de ejemplo.
 
En estos casos, una tercera opinión nos abre una ventana que nos da luz y nos hace salir de nuestra ceguera.