En relación a la decisión ¿Buscar pareja por internet? esta es una opinión de Elisenda Ardèvol

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Esta es la opinión del experto

La práctica cultural de búsqueda de relaciones por internet puede entenderse como una nueva práctica de consumo. Estas relaciones no constituyen una transformación social, sino que amplifican las tendencias en las sociedades actuales.

Elisenda Ardèvol realizó una investigación sobre las relaciones personales en internet como producto de consumo.
 
Uno de los usos más populares y difundidos de internet es la búsqueda de nuevas relaciones y abre una nueva modalidad de relación personal que surge y puede mantenerse exclusivamente online.
 
La principal característica es la posibilidad de interactuar anónimamente, y de ser muy cómodo ya que permite establecer nuevas relaciones sin salir de casa. Las páginas web dedicadas a facilitar contactos son innumerables. Ofrecen la posibilidad de encontrar a personas con similares aficiones o intereses en busca de amistad, amor o sexo.
 
Los internautas ven estas relaciones no sólo como un juego o una ensoñación, sino que también calculan su inversión en términos de productividad, ganancia y calidad del producto, ya que la mayoría de páginas web de encuentros son de pago.
 
Los estudios sobre el amor en los chats muestran que la mayoría de usuarios buscan entretenerse y que el amor aparece de forma imprevista. En cambio, abrir un perfil en una página web de encuentros significa una voluntad de relación.
 
Muchos autores apuntan que internet ofrece la posibilidad de una “relación pura”, otros se refieren a un “platonismo puro”, pues los seres humanos somos capaces de enamorarnos sólo con y de palabras ya que en la red “nadie sabe quién eres y no conocen tu rostro”. Sin embargo las preguntas más frecuentes en las webs de citas se refieren a la edad, sexo, origen y descripción física.
 
Claro que se puede mentir, pero para los internautas el cuerpo es importante.
 
Pero hay que tener en cuenta que la imagen que la otra persona da puede ser fiel, estilizada o totalmente falsa. No se puede suponer que la persona por la que nos hemos interesado corresponde perfectamente a su perfil. Esto sólo crea una primera imagen o impresión, posteriormente habrá que investigar a través de la comunicación directa.
 
A pesar de que no todos los usuarios registrados en una web de encuentros pretenden encontrar pareja, sin embargo esta es la finalidad de este tipo de páginas, y que el contacto iniciado online llegue a un plano físico. El proceso que se sigue puede ser más o menos diverso u original pero sigue un recorrido recurrente:

  • Enviar fotografías.
  • Hablar por teléfono
  • Enviar SMS...

Hasta que se llega a la cita presencial.
 
Socialmente los amores por internet aún son considerados como algo prohibido, imposibles, ridículos por sentir afecto por un desconocido. Los tabúes iniciales se van desvaneciendo al ver que es una forma más de establecer vínculos afectivos, con sus desengaños, mentiras y romanticismos; al igual que el amor de a pie.
 
Pero plantea algunos problemas:

  • El impacto en los adolescentes ante la posibilidad de que establezcan relaciones no controladas con desconocidos.
  • Posibilidad de un aumento de divorcios a causa de relaciones ocultas vía internet.

 
Sin embargo, ¿se trata de relaciones fantasiosas o irreales? Se dice que los sentimientos que se generan en estas relaciones no son reales sino que son fruto de una mutua proyección psicológica. En cambio quien ha tenido esta experiencia afirma que son sentimientos reales y que incluso se conoce mejor a la otra persona y como es “en realidad”.
Este debate divide la realidad en dos planos:

  • La realidad interior
  • La realidad física y social (no se trata apenas del cuerpo sino del contexto social en el que la persona se inscribe)

 
La distinción entre el mundo real y el virtual no se sostiene, ya que en la experiencia de realidad, ambos mundos de interacción social son “reales” y los sentimientos que generan, “auténticos”, y al confrontarlas el usuario regresa al compromiso con su entorno social y consigo mismo.
 
Fuente
Ardévol, Elisenda. «Catálogo de sueños: Las relaciones personales en internet como producto de consumo» Simposio Antropología de los media, X Congreso de Antropología –Culturas, mercado y poder. Sevilla, septiembre 2005

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