En relación a la decisión ¿Cambiar a mi hijo de escuela si no es capaz de seguir el ritmo de aprendizaje? esta es una opinión de Ken Robinson

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Esta es la opinión del experto

Los sistemas actuales de aprendizaje fijan límites muy estrictos sobre cómo tienen que enseñar los profesores y cómo tienen que aprender los alumnos. Tal y como explica Sir Ken Robinson, “la capacidad pedagógica es muy importante, pero también lo es aceptar otros modos de pensar”.

En ocasiones, que un niño no tenga un rendimiento adecuado en el colegio es por un fallo en el tipo de educación que ofrece la escuela, no por un problema del niño en sí. Se tiende a presionarles constantemente para que sean alumnos ejemplares y se les somete a evaluación; se les somete a lo que Robinson denomina “una serie de pruebas estandarizadas”, lo que tiene como consecuencia una visión muy limitada de su inteligencia y de sus capacidades reales. Además, según el experto, “este planteamiento de la educación coarta una de las habilidades que necesitan más los jóvenes para abrirse paso en el cada vez más exigente mundo del siglo XXI: el pensamiento creativo”.

 

Tal y como explica Ken Robinson, los sistemas educativos actuales valoran mucho conocer la respuesta a una pregunta. Sin embargo, cuando los niños empiezan el colegio tienen mucha imaginación, una mente fértil y buena predisposición a correr el riesgo de expresar lo que piensan; en definitiva, no les importa demasiado si se equivocan o no, y si no están muy seguros sobre qué hacer en una situación determinada inventan algo, a ver qué pasa. Según el experto, “con esto no pretendo decir que equivocarse sea lo mismo que ser creativo. A veces, equivocarse significa simplemente equivocarse. Pero si no estás preparado para equivocarte, nunca se te ocurrirá nada original”.

 

Puede que un niño no sea capaz de seguir el ritmo de aprendizaje de una escuela porque no se le está enseñando de una forma adecuada. Pero cambiarlo no es la mejor solución; lo importante es averiguar dónde reside el problema. En su libro “El Elemento”, Sir Ken Robinson explica que muy pocas escuelas o sistemas escolares del mundo contemplan la posibilidad de enseñar, por ejemplo, danza a sus alumnos a diario, como sí hacen con las matemáticas, como material de su plan de estudios. Sin embargo, está demostrado que muchos estudiantes sólo se sienten interesados en una materia cuando tienen que utilizar su cuerpo. En el libro, Robinson cita como ejemplo a la coreógrafa Gillian Lynne, a quien de pequeña le iba muy mal en el colegio hasta que con la ayuda de un psicólogo sus padres descubrieron que lo que realmente le motivaba era la danza. Según afirma ella misma, a partir de descubrir que el baile era su verdadera pasión mejoró mucho en todas las asignaturas.

 

Por lo tanto, si hay que cambiar a un niño de un colegio tiene que ser porque el plan de estudios que ofrece no es el adecuado, no porque el niño no es capaz de seguir el ritmo de aprendizaje.  

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