En relación a la decisión ¿Dejar de estudiar para trabajar? esta es una opinión de Daniel Garcia Giménez

No
Imagen de Daniel Garcia Giménez
0 votos

Esta es mi opinión de experto

La sociedad actual evoluciona demasiado rápido como para perder el tren. Una formación adecuada es imprescindible para aportar valor al trabajo que realizamos. Ahora bien, una vez en el trabajo no hay que perder las ganas de seguir formarmándose. Resumiendo, no debemos parar de formarnos jamás.

La formación continuada y el reciclaje constante de conocimientos puede a ayudarnos a estar en óptimas condiciones para el mundo laboral. La realidad es que los puestos de trabajo fijos cada vez son más escasos y el mercado laboral no da tregua. Pide flexibilidad, adecuación, actualización de conocimientos, en definitiva, estar a la última para competir en mejores condiciones. Esa es la realidad actual, nos guste o no. Debido a esto, y precisamente si aquello que se busca es tener salud laboral debemos estar en óptimas condiciones para aportar valor añadido. Esta premisa es aplicable tanto si trabajamos por cuenta ajena como si decidimos emprender un proyecto en solitario. Más allá de las críticas que podamos hacer a la sociedad actual, con las que a buen seguro podríamos llenar una enciclopedia, debemos pensar en soluciones prácticas a nuestra multitud de problemas concretos. Y, en este sentido, la información y el conocimiento son siempre una fuente de poder.
Dicho lo anterior, hay que plantearse cómo lo hacemos. Pensad en un plan de acción que ajuste aquello que se pretende realizar en el mundo laboral con las herramientas metodológicas que se necesitan y no se tienen por el momento. En caso de ser trabajador en activo, resulta necesario hacer lo mismo buscando los huecos que haga falta para formarse y estar fuerte delante de eventualidades y accidentes en la carrera laboral que cada día son más cotidianos. En ambos casos, la planificación es indispensable. Una lista de necesidades o puntos débiles puede ayudarnos a visualizar nuestra realidad, a partir de ella hay que redactar unos objetivos y hacerse a uno mismo una serie de propuestas formativas concretas, unos cursos, seminarios, un grado. La elección la determinarán las posibilidades prácticas, los horarios, el precio de las matrículas. No hay que olvidar, en el momento de escoger, que entre las opciones disponibles conviene escoger la que más nos motive. Aprender si se convierte en algo lúdico funciona el doble.     

×

Para poder participar debes ser usuario de Dontknow

Cargando...
×