En relación a la decisión ¿Dar una bofetada a tiempo como método correctivo? esta es una opinión de Gerardo Aguado Alonso

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Esta es la opinión del experto

El hecho de que los padres den una palmada o un bofetón “correctivo” o “pedagógico” a los niños no es lo mismo que el maltrato infantil. De hecho, muchas de las personas adultas de hoy fueron educadas con este tipo de castigos y no están traumatizadas por ello.

En la convivencia con los niños hay momentos en que llevan al límite la paciencia de sus padres o cuidadores, ante lo cual, muchos reaccionan dándoles palmadas, bofetadas, tirones de oreja, capones y otros golpes que producen dolor corporal. Diversos estudios confirman que estos métodos son ampliamente aceptados por los adultos, ya que creen que a veces es la única manera de hacer entender a los niños que una determinada conducta es incorrecta y que no la deben volver a repetir.
 
Si bien los pedagogos –en general– coinciden en que hay que erradicar el uso de la violencia en la educación de los niños, algunos de ellos sostienen que en algunos casos es posible usarla, pero siempre desde un marco de afecto y con ciertos límites. En esa línea el psicólogo Gerardo Aguado afirma que «(…) en general, un bofetón padre-hijo no deja traumas. El trauma sólo ocurre en casos donde hay otros factores de mala relación. De hecho, para un niño resulta más impactante la cara de enfado que pone el padre, que el bofetón en sí. Pero, si un padre quiere a su hijo, darle o no un bofetón no es tan importante».
 
Este experto hizo esta afirmación en el marco de un reportaje especial del periódico español El Mundo, publicado el domingo 21 de junio de 2009, en el cual se citan también otros argumentos y fuentes sobre el tema.
 
Tal como señala Aguado, muchas veces el castigo físico es sólo el síntoma de otras pautas de relación más dañinas entre padres e hijos, con lo cual, centrarse únicamente en este aspecto es un error.

Comentarios
Imagen de Sonia Ruiz
Lunes, 08 de Octubre de 2012 a las 14:39

A menudo solemos confundir dar un bofetón "correctivo" o "pedagógico", como dice el Doctor Gerardo Aguado, con el maltrato infantil. Por supuesto que hay que erradicar el uso de la violencia en la educación de los niños, pero en ocasiones una palmada o un pequeño bofetón es la única forma que tienen los padres de hacer entender a sus hijos que lo que están haciendo no está bien. Sin embargo, esta palmada tiene que ir acompañada de métodos educativos por parte de los padres; un bofetón por sí solo no corrige ni enseña nada.

Imagen de Fabian Oeneri Rieta Piriz
Sábado, 16 de Febrero de 2013 a las 0:23

hay que lograr que el niño entienda y hacer que preste atencion reflexione sobre lo que hace mal y sobre lo que deberia hacer mientras este al cuidado de sus padres, ya crecera y se le podra meter en la carcel si sigue siendo inadaptado, la sociedad y vivir en sociedad requiere un comportamiento esto debe saberlo por medio de sus padres siempre y cuando sus padres tambien sepan comportarse y dar ejemplo, vamos que de buenos padres salen buenos hijos.
un niño del cual sus padres no se hacen cargo y no son capaces de educar con firmesa y respeto sera una carga para la sociedad, tambien se pdria cobrar por mala educacion asi quizas si le tocan el bolsillo los padres reaccionarian responsablemente.
o deberia haber una escuela para padres, si traes niños al mundo eres responsable de ellos.

Imagen de José García Sentandreu
Lunes, 18 de Febrero de 2013 a las 17:26

Veo diariamente las consecuencias de la falta de límites que tienen nuestros alumnos. El problema no es creo "bofetada sí bofetada no", sino el contexto de amor y exigencia que debe rodear la educación de un niño. Es absurdo meterse en casuística... Hay que ir a los principios y luego que cada quien aprenda a discernir lo concreto... Principios: amor incondicional, exigencia, enseñar límites... Y no olvidar que hemos perdido el contacto físico como un elemento pedagógico... como muestra de afecto necesario entre padre e hijo... Repito, creo que es absurdo entrar en el debate de una acción concreta... Hay sonrisas que pueden ser más agresivas que muchas bofetadas o azotes. Hay indiferencias, desplantes, distancias que marcan más que cinco dedos en el trasero de un niño... En fin...

Imagen de andres aller
  • andres aller
  • Licenciado en psicología en U.P.S, master I.E. en U.C.M
Miércoles, 27 de Febrero de 2013 a las 22:34

Un azote, una bofetada.... solo pueden servir para enseñar que actitudes que utilizan la fuerza física son eficaces y por lo tanto reforzamos el uso de esas conductas.

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