En relación a la decisión ¿Definir mi imagen según los valores que defiendo? esta es una opinión de Andrés Pérez Ortega

Imagen de Andrés Pérez Ortega
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Esta es la opinión del experto

Durante años, se ha aplicado el concepto de marca a productos y servicios. Pero ¿y si lo aplicásemos a las personas? Desarrollar una Marca Personal consiste en identificar y comunicar las características que nos hacen sobresalir, ser relevantes, diferentes en un entorno homogéneo y competitivo.

Según el concepto de marca personal o personal branding desarrollado por Andrés Pérez Ortega el profesional en su búsqueda de un nuevo empleo debe verse como un “producto” a comercializar en el mercado laboral.  Al igual que al resto de productos, los terceros lo identificaran por su marca y la aceptación e impacto en el mercado dependerá de la percepción que dicha marca tengan. Es lo que se llama la Marca Personal, concepto de reciente creación pero apadrinada por gurús de la talla de Tom Peters o Peter Drucke.
 
El objetivo del  personal branding es “conseguir aumentar el valor de las personas en el mercado laboral. Pertenecemos a una generación con mucha calidad, como si fuéramos un producto de marca,  pero nos   están considerando como productos sin marca o de marca blanca.  La marca personal nos confiere una identidad que estimula en los demás percepciones precisas y valiosas sobre los valores y cualidades que nos hacen destacar. No obstante, para desarrollar una marca personal se necesitan ganas de hacerlo y ser persistente, porque de otra forma funcionara.”
 
Para que sea creíble la “marca personal” o personal brand debe basarse en principios de  honestidad y autenticidad y su creación  se inicia con lo que Andrés Pérez Ortega denomina un análisis DAFO  de la persona, que consiste en una reflexión personal, honesta y sincera, sobre Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Objetivos, similar al que realizan las empresas para conocer sus posibilidades reales en el mercado. Al igual que estos análisis empresariales, el análisis personal tiene que ser sincero para que lo podamos considerar fiable.
 
Así, y “respetando los principios básicos de autenticidad y honestidad exigidos, cada profesional es libre de enfatizar los valores que desea transmitir y que serán lo que le harán sobresalir, ser relevantes, diferentes y visibles en un entorno homogéneo, competitivo y cambiante, satisfaciendo las necesidades de otros.”
 
Según la experiencia de Pérez Ortega, ”la decisión final en un proceso de selección de personal se basa más en el vínculo emocional que se establece entre el seleccionador y el candidato que en el vínculo racional, por ello es de vital importancia decidir los valores personales que pretendemos transmitir. “
 

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