En relación a la decisión ¿Estar menos nervioso en los exámenes? esta es una opinión de D’Arcy Lyness

Sí

• D’Arcy Lyness
• Psicología

Esta es mi opinión de experto

Explica Lyness que “la ansiedad ante los exámenes es un tipo de ansiedad de ejecución” es decir es lo que experimenta una persona “en una situación donde importa mucho el rendimiento o la correcta ejecución de una tarea o existe una gran presión por hacer las cosas bien”.
 
Esta ansiedad puede manifestarse de muchas maneras diferentes, no afecta a todo el mundo por igual. Puede ser que la persona “sienta que se le hace un nudo en la garganta, o tenga molestias gastrointestinales o un dolor de cabeza tensional” a otras personas, en cambio, “les tiemblan y/o les sudan las manos y el corazón les late más deprisa de lo habitual mientras esperan a que les repartan el examen”.
 
La ansiedad previa a los exámenes es una reacción que afecta al cuerpo y a la mente.
 
Las reacciones físicas, como el sudor o la aceleración del corazón, son debidas a una hormona llamada adrenalina. Esta hormona es la que prepara al cuerpo para reaccionar ante un peligro (por eso, muchas veces, dan ganas de salir huyendo y no presentarse al examen…).
 
La mente también influye en esta ansiedad. Normalmente cuando estamos nerviosos ante un examen tenemos pensamientos negativos ¿Y si me quedo en blanco? ¿Y si el examen es muy difícil? ¿Y si no me da tiempo a acabarlo?
 
Según Lyness, “si tenemos demasiados pensamientos como éstos, no nos quedará espacio en la mente para concentrarnos en las preguntas del examen”.
 
“Como cualquier otro tipo de ansiedad, la ansiedad ante los exámenes puede crear un círculo vicioso: cuanto más se centra una persona en las cosas malas que le pueden ocurrir, más se intensifica la ansiedad. Esto hace que la persona se encuentre peor y, al estar su mente llena de pensamientos y miedos estresantes, más aumentan las probabilidades de que le salga mal el examen”.
 
La experta nos ofrece unas claves para evitar que los nervios previos al examen nos jueguen una mala pasada.

• “Utiliza un poco de estrés a tu favor”. Aprende a convivir con el estrés, localízalo, reconócelo y acéptalo. No te dejes asustar por el estrés. Recuerda: es normal estar un poco nervioso, pero cuanto más pienses en ello, cuanto más te obsesiones con la idea de que estás nervioso, más nervioso te pondrás. 
• “Pide ayuda”. Si, aunque intentas localizar y aceptar tu estrés, éste no te deja vivir ni concentrarte los días previos al examen, o bien te pones tan nervioso que se te olvida todo ante la hoja de examen, es posible que necesites ayuda. “Tu profesor, tu tutor o el psicólogo escolar pueden ser importantes fuentes de información, a quienes puedes acudir si sueles padecer ansiedad ante los exámenes”. 
• “Prepárate bien el examen”. A veces nos ponemos nerviosos porque reconocemos que no hemos estudiado tanto como deberíamos. En palabras del experto: “para aprenderse una materia hace falta mucho más que intentar absorber toda la información en clase. Por eso son tan importantes los buenos hábitos de estudio y las buenas técnicas de estudio- y por eso ninguna "empollada" la noche antes del examen permite obtener el nivel de comprensión más profundo que se consigue estudiando regularmente”.
• “Controla tus pensamientos”. No te des mensajes negativos a ti mismo, ¡piensa en positivo! Intenta sustituir los pensamientos tipo “no conseguiré aprobar” por otros de tipo “he estudiado bien y lo suficiente como para aprobar”. 
• “Acepta tus errores”. “Todo el mundo comete errores, y tal vez hayas oído en boca de tus profesores o entrenadores que los errores son "oportunidades de aprendizaje". Aprender a tolerar los errores sin importancia - como el problema que hiciste mal en el examen sorpresa de matemáticas - es una facultad muy valiosa” afirma Lyness.
• “Cuídate”.  Practica ejercicio físico, duerme lo suficiente, come de forma saludable y si ves que estás empezando a ponerte muy nervioso practica ejercicios de respiración. En otras palabras: aprende a controlar tu cuerpo.