En relación a la decisión ¿Renunciar a mis ideales por amor? esta es una opinión de Walter Riso

No

• Walter Riso
• Psicología clínica

Esta es mi opinión de experto

“Haría  cualquier cosa por ti, si me lo pidieras. ¿Quién no ha pronunciado esta frase alguna vez en su vida bajo el efecto hipnótico del enamoramiento? ¿Y cuántos no se han arrepentido luego?”
 
En su libro “Los límites del amor”, Riso nos habla de la importancia de situar el amor en su lugar.
“Nos encontramos ante un romanticismo (…) que todo lo justifica, hecho para valientes, para quienes están dispuestos a entregarse hasta la médula y sin recato, sin tomar en cuenta las consecuencias”.
 
A partir de la sabiduría popular, que nos dice cosas como “sacrificio y amor van de la mano”, nuestras ideas sobre el amor romántico: “si no hay abdicación del yo, si la subordinación al amor no es radical, entonces ese amor no es verdadero”, “no importa que debas sacrificar estudios, profesión, vida social y hasta las ganas de vivir: si te deprimes en nombre del amor, esa depresión será santificada”. Pero debemos tener claro, tal y como dice Riso que “el amor no lo justifica todo”.
 
Tal y como explica el experto, “si el amor en cualquiera de sus formas se nos presenta como la máxima aspiración de la vida, no podremos vivir sin él y haremos cualquier cosa para obtenerlo y retenerlo”.
 
“Aunque en la actualidad (…) los valores de realización personal e independencia han comenzado a instalarse en la mente femenina, el paradigma de la “renuncia del sí” o el “ser para el otro” (…) sigue ejerciendo un peso considerable en la manera de pensar de millones de mujeres en todo el mundo. La idea de que ellas son “el pilar de la familia” y que, por tanto, deben estar dispuestas a hacer cualquier tipo de sacrificio para defender la unidad y felicidad familiar”.
En las relaciones convencionales, hoy en día todavía se puede entrever ese dicho popular que reza “amar es dejar de ser uno mismo”. Este tipo de pensamiento implica que el amor, estar enamorado o tener pareja no significa “vincularse en libertad, sino de desaparecer en el ser amado. Pura absorción”.
 
“Es obvio que para estar en pareja hay que negociar muchas cosas; sin embargo el problema surge cuando la supuesta negociación excede los límites de lo razonable, es decir, cuando afecta directamente la valía personal o cuando los “pactos de convivencia” fomentan la destrucción de alguno de los miembros”. “Nadie niega que no deba haber momentos en los que el “yo” pase a un segundo plano” por ejemplo cuando tengamos que ayudar a nuestra pareja porque esté viviendo una situación complicada a nivel personal, añade Riso, “pero si esta ayuda se lleva a cabo de una manera compulsiva, maternal o paternalista habremos entrado en el terrible mundo de la codependencia”.