En relación a la decisión ¿Conmemorar hechos históricos que victimizan a los pueblos? esta es una opinión de Tzvetan Todorov

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Esta es mi opinión de experto

Aboga por separar las emociones de la memoria y alerta del riesgo de convertir la historia en espectáculo. Afirma que la historia se puede banalizar y falsificar con demasiada facilidad en la actual sociedad de masas y habla de las memoria humilladas frente a las memoria sacralizadas.

Todorov (2000: 14) censura el frenesí contemporáneo de las conmemoraciones con su cortejo de ritos y de mitos, porque, para él, el control de la memoria no es sólo propio de los regímenes totalitarios: considera que los retos de la memoria son demasiados grandes como para confiarlo al entusiasmo o a la cólera. TambiénRobin (2003) se muestra crítico en este convertir la historia en espectáculo: el turismo de la memoria está en alza, y esta cultura de masas puede caer en la kitschlización y disneylización, banalización y sacralización de la historia; hoy todo es falsificable. Advierte que la gestión de una transmisión programada de la historia puede suponer un gran peligro y considera que habría que transformar la función tradicional del monumento y sus rituales.
Habría que evitar la destrucción vandálica y programada en cada cambio de régimen, de monumentos, edificios, emblemas, insignias y un largo etcétera. Destruir la memoria del pasado remodelando paisajes y suscitando paralelamente nostalgias e ilusiones,  es un rebobinar permanente de la historia creando conflictos de tradiciones y filiaciones y enfrentando una memoria sacralizada frente a una memoria humillada.

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