En relación a la decisión ¿Eliminar productos de un único uso? esta es una opinión de Jordi Renom i Sotorra

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Esta es la opinión del experto

El problema de los residuos radica en los hábitos de consumo y en nuestro comportamiento social y ciudadano. Lo mejor para ahorrar materias primas y energía y para proteger el entorno natural sería reducir la generación de residuos. El mejor residuo es el que no se produce.

«EL MEJOR RESIDUO ES EL QUE NO SE PRODUCE

Tanto para ahorrar materias primas y energía como para proteger el entorno natural, la salud y la calidad de vida de las personas, la tendencia deseable sería reducir la generación de residuos.

También hay que tener claro que más allá de la dificultad que supone la gestión, el problema no radica en el residuo en sí mismo, ya que sólo es el síntoma, sino en los hábitos de consumo y en nuestro comportamiento social y ciudadano. No obstante, la solución de este problema va mucho más allá de la generación postconsumo de basuras.

En la prevención de la generación de residuos, hay que revisar las relaciones entre consumidor y productor y definir sus respectivas funciones para conseguir los objetivos ambientales.

Comprar menos y mejor equivale a estar mejor acompañados por objetos que satisfacen nuestras necesidades, a tender a prolongar su duración y a llevar con menor frecuencia al trastero aquellas cosas que se han vuelto inútiles con demasiada rapidez.

Como consumidores, podemos escoger un producto que tenga muchas vidas, o sea, reutilizable. Podemos exigirnos una actitud general de vigilancia frente a los bienes que nos proponen y, siempre que la oferta lo permita, optar por los bienes que se usan y se reparan, por los bienes que pueden servir y volver a servir y por los bienes que no llenan nuestro cubo de la basura.

Para los productores, el incremento del consumo también implica más residuos producidos en las actividades de extracción, de producción y distribución, porque los residuos se generan durante toda la vida de la actividad económica a través de los flujos del ciclo de los materiales. Los cambios en cuanto a la forma de fabricar y utilizar los bienes y productos tienen que ir más allá del incremento de la eficiencia en la fabricación y del refuerzo de las tareas de reciclaje de las unidades familiares.

Frente a la economía de la rutina de los productos de un solo uso, que elabora sin parar productos fabricados en serie pensados para ser abandonados o para que pasen de moda, la economía de la durabilidad, la reparabilidad y la mejorabilidad conforma una de las claves de la prevención en la fabricación.

(...)

Una economía que apuesta por la durabilidad necesita un sistema de circulación diferente en su estructura. En lugar del sistema actual de hacer-utilizar-abandonar, con circulación en sentido único de materias primas, productos y residuos, pasaríamos al sistema de hacer-deshacer-rehacer, capaz de recoger y devolver los productos que hay que reparar o mejorar y redistribuirlos posteriormente a los consumidores. Un sistema así no se centraría tanto en la provisión y entrega a larga distancia como en los intercambios entre economías de la población o la región».

Fuente: REDUCIR LA PRODUCCIÓN DE RESIDUOS Y FOMENTAR EL RECICLAJE, UN OBJETIVO DE LA AGENDA 21

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