En relación a la decisión ¿Ser madre soltera? esta es una opinión de Elisabet Almeda Samaranch
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Elisabet Almeda Samaranch
- Directora del Dep. de Sociología y análisis de las org. UB
Esta es mi opinión de experto
Sin desaconsejar la maternidad a las mujeres solas, la doctora en Sociología lideró un estudio que mostraba el frecuente grado de pobreza de las familias monoparentales. En ocasiones las mujeres tienen que luchar para encontrar trabajo y viviendas dignas. Las asociaciones suelen ser su único apoyo.
La doctora Elisabet Almeda no se pronuncia directamente desaconsejando la maternidad en solitario. Sin embargo, para comprender este fenómeno es ilustrativo su estudio “Monoparentalidad y exclusión social…” de la Universidad de Barcelona (realizado entre 2008 y 2010) que tenía como objetivo conocer las estrategias de supervivencia y el nivel de bienestar de las familias monoparentales a cargo de mujeres.
En el estudio, la mayoría de las mujeres entrevistadas destacó las dificultades de inserción laboral y la falta de estabilidad como dos grandes barreras a la hora de luchar contra la precariedad económica. Los prejuicios negativos respecto a las madres solas es uno de los impedimentos a la hora de ser contratadas por las empresas.
Muchas de estas familias se encuentran en situación de marginalidad y exclusión social a consecuencia de estas dificultades. La ayuda económica básica a la que pueden acceder cuando quedan fuera del mercado laboral y se agota el subsidio de desempleo es únicamente la Renta Mínima de Inserción.
En el mercado laboral se suele relacionar –sin demasiado fundamento- a las madres solteras con una menor productividad, mayor absentismo y origen de conflictos laborales. El informe de la UB reveló que estas apreciaciones son, la mayoría de las veces, falsas ya que estas mujeres rinden más, faltan menos a su trabajo y acostumbran a ocultar su situación para no ser vistas como víctimas (miedo al despido).
El precio de las viviendas suelen ser casi siempre inasumible para estas mujeres y esto les lleva a vivir de alquiler en hogares con muy poco espacio. Es frecuente que tengan que compartir la vivienda con otros familiares u otras personas.
La larga duración de muchos procesos de separación o divorcio lleva a muchas mujeres separadas a tener que sostener en solitario toda la economía del hogar, a pesar de que es frecuente que no dispongan del sueldo adecuado para hacerlo. A esto hay que sumar las ocasiones en las que los padres no cumplen con la entrega.
Las asociaciones suelen tener un papel clave para las mujeres solteras en dificultades ya que les facilitan servicios de conciliación, ayuda material y psicológica e incluso programas especiales, si han sido víctimas de violencia de género.
