En relación a la decisión ¿Reconocer mi ignorancia para empezar a pensar mejor? esta es una opinión de Gonçal Mayos Solsona

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Esta es la opinión del experto

La esperanzadora utopía de una sociedad del conocimiento acabará degenerando en una sociedad de la ignorancia porque el volumen de información que se produce y la falta de capacidad para asumirla y procesarla, pueden llevar a una infoxicación generalizada.

En el libro “La sociedad de la ignorancia” editado bajo la dirección de Gonçal Mayos junto con Antoni Brey y que cuenta con la colaboración de seis sólidos profesores universitarios, se resaltan ciertos aspectos negativos de la sociedad de la información.  La idea que se nos traslada es que pese a la enorme evolución de la tecnología y las facilidades que esta nos proporciona para ampliar nuestro conocimiento, la sociedad se encamina hacia “la sumisión por la vía de la ignorancia”

La idea compartida por los expertos que colaboran en este libro, es que “la humanidad ha evolucionado en dos direcciones. Por un lado la biológica. Por otro, la cultural y tecnológica. , Dichas evoluciones se han ido desplegando con cierta simetría durante millones de años hasta que la cultural, en sus dimensiones tecnológicas y cognitivas, ha pegado un salto hacia arriba y ha generado una masa increíble de conocimiento”

Este “crecimiento hiperbólico de la información disponible” ha generado una desproporción entre, por una parte, la capacidad colectiva para generar información y conocimiento y, por otra, la capacidad de cada individuo para asumirlo e integrarlo en su contexto vital, lo que, según los autores, hace prever el advenimiento de una 'sociedad de la ignorancia o de la incultura'". 

Así, la utopía de una sociedad del conocimiento acabará, según este libro, degenerando en una sociedad de la ignorancia porque “el volumen de datos que se producen y la falta de capacidad crítica conducen a la "infoxicación", una dificultad creciente para discriminar lo importante de lo superfluo y para seleccionar fuentes fiables de información.”

Por otra parte, también se señala que los tan alabados avances tecnológicos están creando tensiones culturales, “microroturas sociales” y que los procesos de socialización de la cultura y la educación están creando situaciones de incertidumbre sobre nuestro futuro.   

Esta nueva sociedad del conocimiento requiere una especialización laboral y académica cada vez mayor, que deja de depender del individuo para plegarse a las necesidades impuestas por la lógica del mercado.  El saber de la “sociedad del conocimiento” se especializa en manos de expertos cada vez más hundidos en sus ámbitos particulares. El sabio generalista queda como un residuo del pasado. Por ello, en la sociedad de la ignorancia que se anticipa en este texto, cada día sabremos menos y nuestras decisiones afectarán a menos ámbitos.

En este sentido, en la sociedad actual, nos encontramos ante una tremenda paradoja, que los autores sustancian en el hecho de que hemos creado una potente y exitosa sociedad del conocimiento cuyo éxito deriva en la creación de una sociedad de incultos, que son los nuevos analfabetos funcionales generados por las nuevas tecnologías. 

En conclusión, para los autores de este libro “no es que haya fracasado el proyecto de una sociedad del conocimiento, es que nunca existió tal posibilidad” Para ellos, el aumento de información no supone que estemos ante una sociedad más informada, y el hecho de que el conocimiento esté a disposición de cada vez más gente, no supone, en ningún caso, que la genta vaya a estar más informada o vaya a adquirir por “arte de magia” más conocimiento.  

El panorama previsto por los autores no es demasiado optimista, porque anticipa una disolución del individuo pensante en la masa de una sociedad ignorante.

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