En relación a la decisión ¿Hacer un voluntariado en mi tiempo libre? esta es una opinión de Gustavo Bueno Martínez

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Imagen de Gustavo Bueno Martínez

Esta es la opinión del experto

El autor plantea que el voluntariado es un instrumento del capitalismo liberal, que buscaría limitar las pretensiones del Estado de bienestar. La definición misma de voluntariado es compleja y confusa. Si bien el voluntariado existe, es posible dudar de la esencia de su definición y de su praxis.

Gustavo Bueno logra, desde la filosofía, generar ciertas críticas al concepto de voluntariado. Por una parte, el autor entiende el voluntariado como un instrumento construido desde el capitalismo liberal, que buscaría limitar las pretensiones del Estado de bienestar, a fin de atribuir a la sociedad civil los compromisos que a él le corresponden. Por ejemplo, “se ha subrayado últimamente, y de modo crítico, el hecho de que en Haití trabajen casi diez mil organizaciones no gubernamentales, que recibirán el 70% de los 10.000 millones de dólares que los países están dispuestos a donar; con lo cual estas ONGs constituyen una suerte de Estado (paralelo al de Haití) que administra la mayor parte de las ayudas”.
 
Por otra parte, hay una crítica que busca enfrentarse directamente a la definición de voluntariado. En este sentido, el filósofo critica la mirada que los propios voluntarios y voluntarias ejercitan en el momento de definir su condición de tales. Por ejemplo, cuando definen su voluntariado como inspirado por la solidaridad y no por el ánimo de lucro. Bueno indica que la unión entre “humanidad” y “la solidaridad” es una idea esencialmente polémica, de hecho, “la Humanidad no existe, ni existió nunca; lo que existieron, en los tiempos pleistocenos, fueron bandas de primates y de homínidos, formando grupos solidarios enfrentados a otros grupos igualmente solidarios, o, si se quiere, a otros cardúmenes que se enfrentaban con ellos en la lucha por la vida”.
 
Así, la solidaridad hay que atribuirla a los individuos o grupos no desde su condición universal de seres humanos, sino desde su condición de hombres determinados, que se enfrentan a terceros frente a algo. Hay que reconocer una pluralidad de solidaridades entre las cuales ya no cabe, en principio, una única homogeneizante “solidaridad”. El voluntariado español, por ejemplo, puede entrar en conflicto con el voluntariado francés, o con cualquier otro, dependiendo de las circunstancias. La idea es que habrá tantos voluntariados como voluntarios y voluntarias existan.
 
Para Gustavo Bueno, “las solidaridades son múltiples e independientes, y sólo en el Estado pueden encontrar algún tipo de coordinación; una coordinación que sólo estará asegurada coactivamente”. El concepto de voluntariado, indica Bueno, es oscuro. No hay claridad en la diferencia entre el tercer sector donde actuaría el voluntariado, y el primer o segundo sector, así “en todos los sectores de la sociedad compleja (civil y política) hay voluntariados, no sólo en el tercer sector”. En este sentido, podemos cuestionarnos la idea de hacer un voluntariado en nuestro tiempo libre, pues quizás, ya somos voluntarios en nuestro diario vivir.

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