En relación a la decisión ¿Educar a los niños en el juego y la creatividad? esta es una opinión de Imma Marín Santiago

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Esta es la opinión del experto

El juego es "un medio favorecedor del crecimiento sano y armónico de las personas", por eso "garantizar el juego de los niños es un deber".

"El juego es un derecho reconocido en la Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada por las Naciones Unidas. El principio 7 dice: 'El niño debe disfrutar plenamente de juegos y recreaciones, que deben estar orientados hacia los fines perseguidos por la educación; la sociedad y las autoridades públicas se esforzarán por promover el goce de este derecho' (Resolución núm. 1386 [XIV] de la Asamblea General de las Naciones Unidas, de 20 de noviembre de 1959, ratificada en la Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada por las Naciones Unidas en la Resolución 44/25, de 20 de noviembre de 1989).
 
Y es un derecho por muchas razones, pero fundamentalmente porque es, como ningún otro, un medio favorecedor del crecimiento sano y armónico de las personas. Jugar es un impulso primario y gratuito que nos empuja desde la infancia a descubrir y explorar el mundo que nos rodea; es una necesidad de actividad propia de cualquier niño. De hecho, cuando un niño no juega, los adultos piensan que debe estar enfermo. De manera muy intuitiva y sabia asociamos juego y salud. Un niño sano juega, curiosea, observa, toca, manipula, se interesa por las cosas y las quiere descubrir.
 
Pero el juego va más allá de la infancia: jugar es un rasgo distintivo de la persona y comporta la capacidad de abrirse al misterio y a la belleza, de imaginar, de crear. Más allá de ser una actividad, es una actitud vital, y por eso también es un derecho. En palabras de Martine Mauriras-Bousquet, psicosocióloga del sector de educación de la UNESCO, 'es una manera concreta de abordar la vida que se puede aplicar a todo y que no corresponde a nada en particular'. ...
 
En definitiva, garantizar el juego de los niños es un deber porque jugar: - estimula la curiosidad, que es el motor de cualquier aprendizaje; - proporciona alegría, placer y satisfacción; - estimula el afán de conquista y de superación personal; - proporciona confianza en uno mismo; - comporta la oportunidad de expresar opiniones y sentimientos; - favorece la interiorización de normas y pautas de comportamiento social; - estimula el desarrollo de las funciones físicas, psíquicas, afectivas y sociales." Fuente: "El Juego y la Construcción de la Autoestima".
 
Texto de la ponencia del XXV Seminario Interdisciplinario «La autoestima a debate. Aceptar nuestros límites», celebrado en Barcelona, 2006, organizado por el Ámbito de Investigación y Difusión María Corral.

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