En relación a la decisión ¿Pensar que las ideas pueden surgir en cualquier lugar, momento o persona? esta es una opinión de John Cleese

No

• John Cleese
• Actor, escritor, maestro y productor de cine

Esta es la opinión del experto

El famoso autor y actor John Cleese lleva 25 años trabajando en el mundo de la creatividad y analizando sus características. Para Cleese, cualquier persona  puede acceder a su creatividad natural si acierta con el método. En cuanto al momento y al lugar, cree que es necesario que se den una serie de condiciones favorables que permitan a la mente situarse en lo que denomina “en modo abierto”.
 
Cleese indica una serie de puntos que él ha identificado como requisitos fundamentales para alcanzar instantes creativos. Además, matiza que son consejos para incentivar el proceso, pero que no pueden ofrecerse garantías. La creatividad es, por definición, caprichosa y esquiva.
 
El primer punto sería situarse en un espacio silencioso adecuado para recogerse en sí mismo, pensar sin interrupciones, ponderar libremente, etc. 
 
Cleese cree que ese tiempo para la creatividad debe estar acotado, con una hora de arranque y un fin marcado de antemano para tratar ese particular. Al empezar, es normal necesitar unos minutos para calmarse y aparcar “el ruido” de nuestra vida diaria. Las prisas no son buenas:
 
“En un ‘oasis’ de solo 30 minutos es muy difícil que aparezcan las ideas”, dice Cleese. “A mi me parecen adecuadas varias tandas de 90 minutos, tampoco le dedicaría una mañana entera”.
 
Otro factor que afecta al tiempo es no tomar por buena la primera ocurrencia que nos llegue. Es importante seguir ‘batallando’ contra aquello que nos ocupa un buen rato. En el terreno de la creatividad no conviene ser resolutivo. Para poder ‘jugar’ mas tiempo con nuestras ocurrencias sin llegar a una solución inmediata, se requiere capacidad para tolerar la ansiedad, incomodidad y agitación que esas situaciones nos generan. Aquí no vale tomar la primera salida para sentir alivio.
 
 
Cleese opina que lo mejor es aplazar la decisión final hasta un momento futuro marcado claramente y lo más lejano posible del presente. Todo esto debe ir acompañado de una dosis importante de confianza.
 
“No se puede tener miedo a cometer errores, se debe estar libre para jugar, todo debe ser válido, bueno, hay que probar cualquier disparate…”, comenta Cleese.
 
Un buen truco para alcanzar rápidamente ese estado de la mente que le permite generar nuevas ideas es acudir al humor. Cleese define el humor como una conexión de dos ideas que inesperadamente adquieren un nuevo significado. Esta capacidad para darle significados imprevistos a las cosas es una habilidad reservada a los humanos, los ordenadores no pueden hacer esta labor.
 
“Las conexiones locas, absurdas, irracionales son con frecuencia el escalón intermedio que permite llegar a esa buena idea”.
 
Una mente que bajo estas condiciones se sitúa en un modo operativo ‘abierto’ se encuentra en terreno fértil para producir. Las ideas deben fluir libremente, de manera agradable, sin censura. El proceso completo se asemeja a una especie de meditación, algo amistoso, no brusco, en el que también se necesita ser persistente.