En relación a la decisión ¿Criticar la actuación de los cuerpos de seguridad? esta es una opinión de Jordi Cussó Porredón

Sí

• Jordi Cussó Porredón
• Presidente de la Fundación Carta de la Paz dirigida a la ONU

Esta es mi opinión de experto

Gran parte de las estructuras para la protección de los intereses individuales en los Estados modernos, tales como la policía, la administración de justicia, sistemas coercitivos de imposición de sanciones, tienen su origen en los peligros y temores a los que han tenido que enfrentarse los individuos frente a la creciente complejidad de la vida social. Son miedos que responden a un sentimiento real y han tenido una traducción positiva en instituciones y sus consensos, que son  esenciales para la convivencia. Es permisible y apropiado expresar esos miedos, porque el miedo, al final, es un sentimiento normal del instinto de conservación, y,  como señala el Profesor Daniel Innerarity, puede contribuir a tomar medidas socialmente acordadas de protección institucional, necesarias para mantener la convivencia. Así pues, El estado es el que tiene la hegemonía de la violencia y a la mayoría de los ciudadanos  esto les parece lo más adecuado.
 
Preferimos  que sea el Estado el que tenga una  legitimidad en el uso de la violencia y no que  reine en la sociedad la arbitrariedad de la violencia. Aún así considero que el uso de esa violencia que le da la legitimidad del estado, hay que limitarla al máximo posible, y en algunos ámbitos incluso llegar a rechazarla, sobre todo, cuando tiene que ver con la guerra que es la máxima perversión de la violencia. En nuestras democracias, con los límites pertinentes, seguimos dejando en manos del estado la defensa de los intereses colectivos, y nuestros estados lo que procuran hacer es defender los intereses de la mayoría de nuestra población. Los cuerpos de seguridad tendrán que ver en qué casos es necesario usar la fuerza para que se defiendan los derechos de los ciudadanos. Pero eso no es impedimento para que la sociedad y sus distintos grupos sociales no puedan criticar a los cuerpos de seguridad en sus actuaciones. A veces esa actuación se puede ejercer de manera excesiva o incluso arbitraria y por ello debe criticarse, e incluso, denunciarse a los estamentos adecuados, para que se corrijan dichas actuaciones. Ello no implica una crítica sistemática a todas las actuaciones de los cuerpos de seguridad, pero si es importante que la sociedad pueda hacer una crítica razonada para corregir ciertos abusos que se pueden generar en situaciones de cierta tensión social.