En relación a la decisión ¿Vivir el fracaso empresarial como un aprendizaje? esta es una opinión de Jorge Ubeda

Sí

• Jorge Ubeda
• Filósofo, profesor, emprendedor

Esta es mi opinión de experto

El diccionario define fracaso como malogro, resultado adverso de algo que se emprendió. Es decir, experimentamos fracaso cuando las expectativas y los cálculos que nos habíamos hecho respecto de un curso de acción emprendido, no solo no se han cumplido tal como las soñamos, sino que simplemente se han malogrado. Tenemos, entonces, una primera distinción: que no se cumplan las expectativas o lo cálculos no es lo mismo que fracasar, porque podría ser que hubiéramos cometido un error de cálculo o de dimensiones de nuestras expectativas. Si es así, entonces parece natural aprender de estos errores; de hecho, lo que no suele ocurrir es que ensayamos y erramos y así vamos aprendiendo. Pero esto no lo consideraría, directamente, un fracaso.

¿Cuándo sabemos que estamos ante un fracaso? No resulta fácil y es posible que la variabilidad psicológica individual introduzca diferencias importantes de percepción del fracaso.

• Estamos ante un fracaso cuando aquello que se había proyectado y está en su fase de realización no da los resultados esperados, a pesar de que los cálculos y expectativas están dentro de un marco razonable.
• Estamos ante un fracaso cuando factores externos que no podemos controlar echan a perder lo que estábamos construyendo.
• Estamos ante un fracaso cuando determinadas cuestiones de carácter que dificultan el logro personal o colectivo juegan un papel determinante en la toma de decisiones y no es posible llevarlas al terreno de la argumentación, la discusión y el contraste interpersonal.

Y ahora la segunda pregunta: ¿se puede aprender de los fracasos?

• Si no hay posibilidad explicativa plausible del fracaso de una empresa ya que los cálculos y expectativas estaban en un marco razonable entonces es difícil aprender de la experiencia. La experiencia es, en ocasiones, tan opaca que deja muchas zonas de sombra.
• Si hay factores externos que malogran proyectos y realizaciones y estos factores no se pueden controlar, ¿qué se aprende de esto? A tener en cuenta el marco de contingencia radical en el que se mueve la acción humana y a generar escalas de valores que cuenten con tal marco.
• Si hay cuestiones de carácter que dificilmente se llevan al terreno de la argumentación y la discusión es difícil poder aprender del fracaso. Pero en este caso puede ser positivo hacerse la pregunta de si hay algo en el modo propio de ser, valorar, enjuiciar y actuar que pone en peligro el resultado feliz de un proyecto. Si se conoce y se puede cambiar, adelante; si se conoce y no se puede cambiar, se puede buscar a quien compense o ayude a que no juegue un papel determinante.

En conclusión: no siempre se puede aprender con nitidez de los fracasos, pero sí se puede aprender algo de ellos y también se puede aprender a vivir con ellos.