En relación a la decisión ¿Aprender a gestionar mis impulsos de poder? esta es una opinión de Juan Carlos Hernández Clemente

Sí

• Juan Carlos Hernández Clemente
• Experto en Bioética Clínica

Esta es mi opinión de experto

El deseo se nos ha presentado como algo omnipresente en la sociedad actual. Se habla de la cultura del deseo, de la economía del deseo, de la medicina del deseo, se nos inducen necesidades que se convierten en deseos etc. Dicho esto, quisiera decir que el deseo forma parte de la teoría de la acción y que, además, siempre se encuentra en el futuro, el deseo es algo que no existe en el presente. Entre el deseo pensado y su satisfacción siempre hay un periodo y un proyecto que permite satisfacer dicho deseo y para ello debemos poder llevar a término ese proyecto y satisfacer el deseo. Luego, para mí, entre el pensamiento del deseo y su satisfacción hay una fuerza motriz que subyace al deseo y que es el poder. Incluso en el lenguaje se expresa en forma de puedo o no puedo satisfacer el deseo.
                                           
Por tanto, me parece que por debajo del deseo o del orgullo, que es un sentimiento complejo, hay un mecanismo de poder que permite o posibilita su realización.
 
También hay que diferenciar entre apetencia, que sí es presente e inmediata y que es más instintiva, y el deseo, tal y como me interesa, que es más proyecto y más cultural.
 
El poder está presente, por otro lado, en todas las relaciones humanas personales e institucionales: dentro del núcleo familiar, en las relaciones laborales, entre países etc., tal y como muy bien supo ver Foucault en La microfísisca del poder, donde mantenía que el poder se manifiesta en forma de contrato o de dominación, pero está inevitablemente entrelazando todas las relaciones humanas.
 
Por último, citaré a un autor que sé que le gusta a nuestro ponente. Nietzsche en La voluntad de poder, refiriéndose dicha voluntad de poder, decía que “era el hecho último hasta el que podemos descender”.