En relación a la decisión ¿Creer que el orgullo es siempre negativo? esta es una opinión de Juan Malpartida

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Esta es mi opinión de experto

El orgullo, curiosamente, es un sentimiento que es bueno si carece de hibris (¿como todo?), o dicho con más exactitud: si por un lado es discreto y por el otro participa de un horizonte ético que podemos compartir.

Orgullo es una de esas palabritas que requiren un estudio histórico. Como lo recoge José Lázaro en su introducción general al debate (Orgullo y Deseo), tiene que ver, entre otros aspectos, con la autoestima. En el teatro de los siglos de oro, en el Barroco, en las comedias y obras de capa y espada el orgullo está muy relacionado con el honor, y éste con el código de valores de la época. En último extremo, como esa sabido, se apelaba a Dios ("porque el honor es patrimonio del alma, y el alma sólo es de Dios").
     En el siglo XXI, tan distinto al que conoció Lope o Calderón, pero no ajeno a él, la palabra orgullo no es muy usada. Aunque todos decimos que nos sentimos orgullosos de no haber hecho esto o lo otro, de haber tenido el valor de, o como aprobación de lo que nuestros más cercanos han hecho ("me siento orgulloso de mi hijo", etc). El elemento radical es un acuerdo con lo que creemos que somos o que hemos hecho. "Me siento orgulloso haber trabajado toda mi vida manejando dineros públicos con total pulcritud legal", por ejemplo: orgullo que no muchos hoy en día pueden sentir. Como todos los sentimientos, su intensidad lo hace ser admirable, aceptable, correcto o insoportable. Un orgullo íntimo, es decir, del que no se alardea pero informa mi ética, suele ser el que menos observamos y el que merece mayor atención y aprobación. Un orgullo que se expresa en un momento en que se exige la ejemplaridad o la aclaración, también puede despertar nuestras simpatías, pero ¿qué podríamos decir de quien se siente tan a gusto y de acuerdo consigo mismo que no deja de mostrar su orgullo? Inmediatamente aquí el orgullo pasa a ser vanidad, narcisismo exacerbado (también mencionado por Lázaro) y nos sitúa ante una seria dificultad para compartirlo.
 
El orgullo, curiosamente, es un sentimiento que es bueno si carece de hibris (¿como todo?), o dicho con más exactitud: si por un lado es discreto y por el otro participa de un horizonte ético que podemos compartir; o bien por su eficacia (descubrió el submarino, se siente orgulloso y es un orgullo para la nación, etc). Colindante con el amor propio, el orgullo es positivo si no carece de humildad. Es un sentimiento que necesita de muchos otros para sostener su eficacia, y para que no sea cargante para los demás, que también tienen su orgullo... Aunque puede estar vinculado a la identidad, no ha de ser lo que nos identifica.
 
Diría que su cualidad consiste en ser un báculo, una suerte de animador interno que nos alienta o conforta y que a los demás les trae un poco al fresco, interesados solos en lo que hacen o dicen y no en si se siente orgulloso de lo hecho o dicho. "Me siento orgulloso de haber hecho el bien". De acuerdo, eso es algo que siente usted, pero veamos qué bien ha hecho, a ver si podemos dejarlo en paz lamiendo su orgullo. "No me siento orgulloso de lo que he hecho" (aquí es una petición de disculpas y de nuevo nos sotuamos ante la moral). "Me siento orgulloso de ti", que a veces hemos podido oír, tiene sin embargo otras connotaciones: apruebo lo que haces y me congratulo del vínculo. En todos los casos es un sentimiento que confirma en alguna medida la acción y me recompesa por haberla hecho o por aprobarla y formar parte de mis expectativas.
 
 

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