En relación a la decisión ¿Ser feliz con lo que soy? esta es una opinión de Leticia Soberón

Sí

• Leticia Soberón
• Psicóloga

Esta es mi opinión de experto

Asumir que somos como somos es un paso importante en la vida de cada persona. Eso significa acoger nuestra realidad hoy. Con lo bueno y lo menos bueno. Con los límites. Nuestras capacidades, por amplias que sean, son limitadas: tanto física como anímica, artística o intelectualmente. Además, tenemos la posibilidad de enfermar y somos mortales. En una palabra con referencia filosófica, somos 'contingentes'. Estas coordenadas ónticas no las escogimos. Son el dato de entrada de nuestra concreta realidad existencial. … Constituyen la sorprendente constelación de nuestra concreta existencia, y son el punto de partida para cualquier aventura o desventura que podamos vivir.

Quizá el primer acto de libertad de un ser humano sea precisamente esa aceptación, (por definición, a posteriori), de lo que ya soy, para lanzarme a construir lo que deseo llegar a ser. Hay personas que viven toda su vida rechazando alguno o todos esos aspectos de su existencia, o lo que es lo mismo, «son» sin querer ser ellos mismos. Nótese que aquí no nos referimos a las circunstancias más o menos felices que puedan constituir nuestra historia y que explican muchos de nuestros comportamientos y conductas, sino que nos referimos a la raíz de nuestro ser. En otras palabras, al modo de existencia concreta que tengo yo y cada uno/una de nosotros. … Soy quien soy y como soy, o simplemente, nada. En este «como soy» está toda la maravillosa galaxia de mis posibilidades, siempre en relación con otros y situadas en un momento histórico. Supone el existencialismo pero lo invita a avanzar a través de la reconciliación con el propio ser sin recurrir a nada que no sean las evidencias y las experiencias humanas. Cada persona tiene inmensas capacidades que puede desarrollar, si no pierde el tiempo en desear imposibles.

Esta aceptación del propio ser, no produce pasividad sino que nos lanza a una entusiasta creatividad y nos aleja de estériles lamentaciones. Además, esa aceptación no limita nuestros horizontes, sino que nos hace capaces de soñar cosas posibles, aunque sean arriesgadas, grandes o intrépidas, y lograr mucho de lo soñado. Una actitud humilde tiene la fortaleza de lo auténtico: la humildad es andar en la verdad.

Fuente: "Las Enfermedades del Ser. Elementos para Sanar la Propia Raíz", Texto de la ponencia en el XXIV Seminario Interdisciplinario «Patología de los sentimientos. Claves para un bienestar emocional», celebrado en Barcelona, en 2005, organizado por el Ámbito de Investigación y Difusión María Corral.