En relación a la decisión ¿Chatear mientras estudio? esta es una opinión de Lluïsa Etxeberria Azkune

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Esta es mi opinión de experto

La comunicación a través de las redes sociales se convierte en la modalidad más extendida hoy. En un mundo acelerado, todo parece requerir una respuesta inmediata, en tiempo real, y acaso no nos percatamos de que la prisa puede perjudicar la concentración en el estudio o en las tareas escolares.

Me decanto por el SI con reservas. Veamos algunas razones para matizar algo el tema y no descalificar, de entrada, a los estudiantes.
 
Hoy la información circula a una velocidad sorprendente y la tendencia tecnológica apunta hacia un incremento de los medios digitales, lo cual nos afecta a todos. Niños y adolescentes sobre todo, nativos digitales, tienen un dominio tal que consiguen gestionar la información y seleccionar aquello que necesitan, en momentos de ocio o de tareas escolares, ni que sea para salir del paso o por puro cumplimiento.
 
Algunas personas parece que sí tienen la habilidad de interactuar a la vez en varios frentes, realizar varias o múltiples actividades al mismo tiempo. Aseguran captar con fiabilidad los estímulos visuales, auditivos, táctiles… como si todos los sentidos estuvieran despiertos y activos. Ello tiene que ver con el desarrollo neuronal, el radar cognitivo que se dispone o que ha evolucionado en algunos sujetos? La atención es un proceso cerebral con diversos elementos en funcionamiento. Sabemos que algunas actividades necesitan una atención precisa y completa pero en otras, más simples y ligeras, la atención se puede diversificar, ya que no todas requieren la misma intensidad, cantidad o calidad.
 
Ahora bien, cuando el whasapeo se convierte en un enviar y recibir mensajes continuo, en una actividad frenética, la actitud de prestar atención con cierta cualidad se puede ir al traste, pues resulta difícil estar de forma total en el estudio. Simultanear el estudio con el chateo puede repercutir en la concentración que precisa cada actividad. Al estar sumergidos en la red, ello puede ser motivo de errores, de pérdidas de información en la materia que se estudia, de imposibilidad de seguir el hilo de lo que se está haciendo, acaso sin demasiada motivación o, al menos, sin el estímulo que proporciona el chateo en aquel momento.
 
Ciertamente la sobrecarga de distracciones digitales lleva consigo el riesgo  de interferir o de perjudicar el estudio,  pero esto ocurre igualmente en los adultos al no poder realizar las tareas domésticas o no poder cumplir con las obligaciones profesionales mientras estamos conectados a las redes. En más de una ocasión nos percatamos que el cocido se quemó, que aquel encargo urgente se  pospuso, por olvido o porque se consumió el tiempo, entusiasmados o entretenidos en el chateo.
Sin embargo el whast puede también ser utilizado en beneficio del usuario y de sus quehaceres. Hay quien lo aprovecha con sentido, al menos en algunos momentos: para dar un aviso a tiempo, informar de un contenido preciso, preguntar lo que considera necesario, etc.; por ejemplo, el adolescente que, en el trayecto de su madre hacia casa, le pregunta algo que resuelve los pormenores de la cena, mientras estudia…!
Atender y cuidar las propias necesidades; ser críticos con los engaños y las trampas; calibrar el espacio de tiempo para cada cosa, el respeto que merece cada persona y tarea; apostar por la vida de cualidad, elaborar el propio criterio  para no malinterpretar, para no confundir, para no mezclar ni banalizar relaciones ni actividades. Saber lo que nos pasa a cada uno, como un ejercicio de vida consciente y una decisión siempre susceptible de ser tomada a tiempo. El quehacer humano nos aguarda en el uso de las tecnologías actuales y en las que se auguran para el futuro. Un reto difícil a mi modo de ver las cosas ahora, que pide seguir observando, para pensar y actuar.

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