En relación a la decisión ¿Cambiar a mi hijo de escuela si no es capaz de seguir el ritmo de aprendizaje? esta es una opinión de Marta Prieto Asiron
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Marta Prieto Asiron
- Directora Académica programas Banco Santander, Repsol, etc.
Esta es mi opinión de experto
No. El rendimiento escolar de nuestro hijo es responsabilidad de sus educadores y son ellos los que deben mantener el ritmo de adaptación y aprendizaje adecuado. Y cuando esto no sea así, tener en cuenta además que, apartar al niño de su entorno para evitarle problemas, no es la mejor solución.
La decisión de cambiar de centro escolar a nuestro hijo es de enorme trascendencia y por ello debe ser muy meditada.
Habrá cuestiones importantes sobre las circunstancias de por qué se nos presenta esta disyuntiva, y qué debemos plantearnos antes de afrontarla. De entre ellas, yo destacaría las siguientes: ¿Está integrado en su ambiente, con sus colegas y profesores? ¿Es estable el ambiente en casa? ¿Tiene algún tipo de perturbación en su vida de tipo físico o psicológico que le dificulte el proceso de aprendizaje? ¿Recibe todo el apoyo necesario? ¿Sufre un problema de aprendizaje circunstancial por cambio de curso, falta de conexión con determinado profesor, cambio de amigos o se trata de un problema o estructural, es decir, lleva muchos años con bajo rendimiento académico?
Durante años me he opuesto a la opción de muchos directores y profesores de centros educativos de “apartar” a los niños con bajo rendimiento académico, invitándoles incluso a abandonar el centro con la excusa de que ralentizan el ritmo de los demás.
Mi opinión es bien distinta: la responsabilidad del aprendizaje y de la buena enseñanza recae, fundamentalmente, en el profesor y no en el alumno. Enseñar a alumnos fáciles lo puede hacer cualquiera, el reto es conseguir que aprendan todos, cada uno desde su bagaje de cualidades personales y desde su capacidad de aprender.
Para mí, la duda sobre si cambiar o no de centro escolar al estudiante debe surgir siempre de los padres y nunca de los educadores. Y se planteará cuando sean los propios padres los que consideren que la escuela inicialmente elegida no es la adecuada para el niño por la capacidad de ese centro para enseñar bien a su hijo y no por las deficiencias del alumno.
Creo que poco enseñamos a nuestros hijos si, a la primera de cambio, les sacamos de su entorno para evitarles problemas. Antes bien, enseñémosles a superar las dificultades a las que se enfrentan y reforcemos la seguridad en sí mismos para superar dichas dificultades.
