En relación a la decisión ¿Participar en manifestaciones de calle para incidir en la vida ciudadana? esta es una opinión de Marta Tello

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  • Icono experto Marta Tello
  • Máster de comunicación en Instituciones Públicas y Políticas
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Esta es mi opinión de experto

No creo que la manifestación sea ni deba ser  motor de cambio en una sociedad. Las protestas ordenadas y pacíficas nunca han incidido en la transformación de las políticas públicas hasta el comienzo de esta legislatura gobernada por la derecha. 

Habría que analizar  la desvirtuación a la que se ha llegado del derecho a manifestarse que ampara la Constitución y analizar los verdaderos fines que están detrás de estos actos que en muchos casos han dado lugar a situaciones vandálicas.
 
Pienso que hay que buscar otros cauces en los que volcar las peticiones de los ciudadanos y dejar de ser un país de manifestación y revuelta, pero para ello es necesario más educación y formación.
 
Desde que yo recuerdo, nunca antes de estos dos últimos años ha habido tantas y tenaces protestas, huelgas y  manifestaciones supuestamente como respuesta por las medidas y reformas adoptadas por este gobierno.  No seré yo quien valore si éstas son buenas o malas pero en mi opinión, es un castigo general contra cualquier decisión de la derecha.
 
Es muy lícito participar en una manifestación, luchar por unos ideales y defenderlos dentro de unas normas y derechos democráticos, siempre que impere el respeto hacia los demás. Ese derecho queda reflejado en nuestra constitución Art. 21, punto 1 “Se reconoce el derecho de reunión pacifica y sin armas”, pero en ningún caso se habla del derecho a pisotear la libertad de los ciudadanos que tienen  que ir a trabajar en transporte público, acudir al médico, etc., ciudadanos que se ven afectados por los cortes de las calles, el tráfico, etc. Por no hablar de los desperfectos ocasionados en este tipo de manifestaciones que todos nos vemos obligados a pagar con nuestros impuestos, injusto en cualquier caso y más en esta época de crisis en la que cualquier euro cuenta.
 
Dependiendo del signo del gobierno, las actitudes son diferentes.  Se han llevado a cabo protestas salvajes contra medidas tomadas por este gobierno, medidas que en buena parte habían sido ya tratadas y autorizadas anteriormente. Sin embargo, no existió ningún tipo de manifestación en la anterior legislatura, donde se echó en falta una voz que defendiera a los trabajadores.
 
Hasta este momento, las manifestaciones no habían servido prácticamente para nada. Manifestaciones pacíficas, tranquilas y razonables no han incidido en un cambio en las políticas públicas ni en las decisiones. La situación actual es muy distinta,  como ha quedado  claro con la marcha atrás en el proyecto de Gamonal o la reforma de la sanidad.
 
La sociedad española tiende más a la manifestación y a la revuelta que a volcar sus peticiones en otro tipo de cauces, a través de instituciones de reflexión y debate, a través de las ideas, éstas son las que realmente pueden cambiar el mundo. La educación y la formación son esenciales para que una democracia sea realmente un buen sistema de gobierno.
 
Una cosa buena tienen estas manifestaciones. Las mareas de colores  han ayudado a prosperar ciertos negocios de camisetas, ¿o no?

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